ADVERTENCIA: Pedimos disculpas al lector no familiarizado con la política cordobesa por el entuerto de la nota ya que los zigs zags de las opciones políticas de Luis Juez pueden llevar a grandes confusiones.
Durante la interna de Juntos por el Cambio, Juez le tiró un dardo a su rival, Mario Negri, diciéndole que era como la foto de la abuela, ya que “lleva más de 30 años en la cómoda”. Si bien es una afirmación correcta (Negri ocupa cargos públicos casi ininterrumpidamente desde 1983), el mismo mote puede caberle al propio Juez, ya que ocupa cargos públicos desde principios de los años 90, siendo legislador provincial en 1994, con apenas 30 años, aunque ya había sido sindico de Papel Prensa por parte del Estado Nacional en el año 93, designado por el presidente Menem.
Sin embargo, Mario Negri ocupó los cargos siempre de la mano del radicalismo. En cambio, Luis Juez ha utilizado las más variadas políticas para siempre tener un cargo. Desde sus comienzos en el peronismo del 83, su ferviente menemismo, hasta las alianzas con partidos de centroizquierda como el Socialista de Hermes Binner o Proyecto Sur de Pino Solanas, incluyendo en el armado a grupos marxistas como el PCR o el MST, hasta la actual alianza con la UCR y el PRO, incluyendo sus sectores más reaccionarios como Patricia Bullrich o el fervoroso apoyo del fascista de El Presto.
En apariciones televisivas de 1992, señalaba que “Cavallo había terminado siendo el mejor peronista” porque hacía “mucho tiempo que no veían en la vidriera el vaquero que nos gusta, cuatro meses al mismo precio”. Lo que le faltó señalar es que millones de jóvenes en esos momentos no tenían otra posibilidad que solo poder ver al jean en la vidriera pero no comprarlo.
En 1996 renunció a su banca en la legislatura provincial denunciando un aumento de dietas, lo que le dio una breve notoriedad en la población, pero continuó los 90 siendo parte orgánica del peronismo cordobés junto a De la Sota y Schiaretti y apoyando, como vimos, al gobierno de Carlos Menem. Volvió a ocupar en esos años cargos en Papel Prensa con sueldos que se contaban en miles de dólares mensuales.
Con la llegada del peronismo cordobés al poder en la provincia, primero ocupó un cargo en el directorio de vialidad provincial y luego fue designado por De la Sota como fiscal anticorrupción. Allí saltó a la fama en octubre de 2002, luego de que renunciara al cargo ante una intimación a que dejara de “investigar compañeros”. Su renuncia tuvo gran repercusión mediática, amplificada por los medios del grupo Clarín y sirvió como base para la construcción de su figura como candidato a intendente, cargo al que llegaría en 2003 con un 56% de los votos.
Durante su mandato se identificó fuertemente con Néstor Kirchner y su gobierno, quienes andaban a la búsqueda de un armado “transversal”. En abril de 2006, señaló a Pagina/12 que era “fanático de Talleres, la Mona y Kirchner, a los tres los tengo en el corazón, y como tengo un corazón amplio los tengo a los tres cómodos.”
Eso sucedía en momentos que buscaba ser gobernador en las elecciones de 2007 y tanto Juez como De la Sota se disputaban el apoyo del gobierno nacional a sus candidaturas. De hecho, en la misma nota, cuando le preguntan por Pichi Campana (quién había llegado a la política de la mano de Juez) que estaba siendo acercado para ser el representante del kirchnerismo en el peronismo cordobés, afirmó que “A mí me hubiese preocupado si Pichi Campana hubiese ido a ver a Macri. Que lo vea a Kirchner me llena de satisfacción. Por convicción no debe haber ningún tipo más cerca del Presidente que el propio intendente de Córdoba”.
Las elecciones de 2007 fueron recordadas ya que, ante la posibilidad de perder, el peronismo cordobés monto un operativo para ensuciar la elección desde un principio, por ejemplo, disminuyendo la cantidad de escuelas donde se votaba, amontonando mesas e intentar disuadir la participación debido a las aglomeraciones de gente.
Con la publicación de los datos, el sistema dejo de subir resultados durante la madrugada, en el instante que Luis Juez tomó la delantera y al aparecer los datos definitivos, en la mañana del lunes, le daban el triunfo a Schiaretti.
Se desató una movilización popular exigiendo que se abran todas las urnas para que se cuente voto por voto. La posición del gobierno nacional en ese momento fue recostarse sobre Schiaretti y el peronismo tradicional dejando a Luis Juez sin aliados.
A partir del prestigio ganado allí, muchos sectores progresistas vieron en Luis Juez la oportunidad de crear una alternativa al bipartidismo en Córdoba. A nivel nacional comenzó a referenciarse con Pino Solanas, y tuvo un armado que incluyó como decíamos más arriba al PS de Binner, al PC, al PCR y al MST.
En 2009 llegó al senado nacional y nunca más estuvo desocupado en la función pública ya que lleva 12 años ininterrumpidos ocupando distintos cargos. Allí en el senado, bajo la gestión de Amado Boudou llegó a tener la friolera cifra de 45 empleados a su cargo, siendo uno de los senadores con mayor cantidad de gente nombrada. La explicación fue que la cantidad de empleados era debido a que así “tienen obra social”.
Por esos años afirmaba que mataba “por una formula Hermes Binner- Pino Solanas”, apoyó a Binner en la elección presidencial de 2011 siendo una miembro del Frente Cívico, Norma Morandini, quién acompaño al socialista rosarino en la formula. A la vez que se desmarcaba del radicalismo afirmando, que el líder radical en Córdoba, Oscar Aguad (suegro de su actual compañero de fórmula Rodrigo de Loredo) era “demasiado facho” y “lo mismo que Menéndez”.
Sonriente junto a Macri y Aguad, a quién unos años denunciaba por tener acuerdos con Luciano Benjamín Menéndez
Esto no le impidió, en un nuevo bandazo apoyar la candidatura a gobernador de Aguad en 2015, cuando se conformó Cambiemos en Córdoba. Esa candidatura fue acordada en la sede de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, directamente por Mauricio Macri.
Dicho armado también previó que Ramón Mestre, entonces intendente de la capital cordobesa optara por la reelección y Luis Juez quedara con la cabeza de la lista de Senadores. Disconforme con esto, renunció a su candidatura y, en un nuevo bandazo que descolocó a sus seguidores, armó una alianza entre gallos y medianoche con Olga Riutort, quién había recibido gran cantidad de denuncias del propio Juez sobre hechos de corrupción.
Esta aventura fue un fracaso, Mestre fue reelecto y Juez con Riutort salieron cuartos. Sin embargo, Mauricio Macri premió a Juez con el puesto de embajador en Ecuador, de donde tuvo que huir corriendo luego de afirmar que los ecuatorianos eran “unos mugrientos”.
A su vuelta al país fue designado “Director del Instituto de Capacitación Política del Ministerio del Interior”, un verdadero cargo a medida sobre el que no hay que rendir cuentas y le permitía a Juez pasearse por los estudios televisivos para defender la gestión de Mauricio Macri.
En las elecciones provinciales de 2019 quiso volver a ser intendente de la capital cordobesa. Para ello precipitó una ruptura de Cambiemos en la provincia, aliándose con Mario Negri (su rival en la interna de septiembre) para enfrentar a Rodrigo de Loredo (su aliado en la interna de septiembre). Luego del nuevo fracaso integró la lista de diputados nacionales en el quinto lugar. La masiva votación a Macri en la provincia le permitió volver a la cámara de diputados.
Este año rompió con el propio Macri, unas horas antes del cierre de listas, dejando plantado a Gustavo Santos, el candidato del ex presidente en la provincia, y se alió con Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, intentando presentarse como “la versión más fuerte de Cambiemos” y con el slogan de “Un Juez para Cristina”. A su derecha se ha servido de personajes fascistoides como El Presto, quién tiene en su casa fotos con Videla.
A la hora de explayarse en sus propuestas toma el libreto contra los derechos laborales, incluyendo la eliminación de las indemnizaciones. Su intención es ocupar dentro de los partidos tradicionales el espacio que, por derecha, en Ciudad de Buenos Aires está representado por Milei.
La trayectoria de Luis Juez tiene un único objetivo, servirse de la voluntad popular para seguir siendo parte de una casta política que ha sumido al pueblo trabajador en nuestro país en altísimos niveles de pobreza, desocupación y precarización laboral.
Claramente la banca que seguramente ocupe en el Senado será usada para la defensa de los intereses de los sectores más concentrados como las patronales rurales o sectores financieros, siempre en contra de los derechos conquistados por los y las trabajadoras y el pueblo. |