La Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios de Argentina (COPAL), que lidera Daniel Funes de Rioja, publicó este martes un comunicado en el que criticó la falta de diálogo del Gobierno nacional ante el acuerdo de precios.
El acuerdo que propone el Gobierno lejos está de ser una medida dura como plantean los empresarios, solo se aplicará por 90 días, y no retrotrae las subas de los precios de Alimentos y bebidas que subieron por encima de la inflación general en un año.
La Copal señaló que tiene “voluntad de colaboración y diálogo para el acuerdo”, pero aclaró que en la convocatoria realizada por la Secretaria de Comercio Interior “no están garantizadas las condiciones para conciliar las posibilidades de los sectores frente al pedido de estabilización de precios”.
El comunicado afirma que “a pesar del esfuerzo realizado por las empresas en enviar sus propuestas de participación, las mismas no fueron tenidas en cuenta, así como tampoco fue considerado el pedido de generar un espacio de intercambio en lo inmediato, que permita clarificar las realidades y posibilidades de los distintos sectores y encontrar en conjunto un acuerdo sostenible”,
Según la entidad el sector alimenticio y de bebidas no es el principal responsable de los niveles crecientes de inflación. Sin embargo, en los últimos doce meses el rubro de Alimentos y bebidas aumentó un 53,4 %, por encima del nivel general.
Las empresas de alimentos, bebidas e higiene tenían tiempo hasta este martes al mediodía para enviar los precios vigentes al 1º de octubre.
El chantaje de las patronales alimenticias poco sorprende, eso ocurre porque el Gobierno trató de quedar bien con distintos sectores del establishment, asemejarse a su programa y quedar bien con todos los sectores. Desde Vicentin hacia adelante cada vez que la derecha avanzó, el Gobierno retrocedió. Es un Gobierno muy débil con los poderosos.
A pesar de los lamentos patronales, las empresas alimenticias ganaron millones como el Grupo Arcor, que ganó $ 8.806,6 millones en el primer semestre del año, o Molinos Río de la Plata embolsó $ 998 millones en el mismo período. Los alimentos se volvieron un bien de lujo para muchos hogares.
La inflación responde a varias causas, en ese contexto complejo los empresarios aprovechan para remarcar los precios. Los perdedores en esta puja son los trabajadores y los sectores populares cuyos ingresos son devorados por la suba de precios.
El Gobierno ya buscó realizar acuerdos con distintos sectores y esta política ya fracasó, las empresas alimenticias y supermercadistas responden con el bolsillo.
En vez de los fallidos controles de precios oficiales, una medida elemental para enfrentar la inflación son los comités de trabajadores y usuarios para el control de precios desde los lugares de producción, pasando por todos los canales de distribución hasta la venta, y la exigencia de apertura de los libros de contabilidad de todas las empresas que afirmen que tienen que ajustar sus precios.
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