Miguel se había mudado de San Andrés Tuxtla (su origen natal) a la capital del estado de Veracruz para trabajar como chef. Entraron a su domicilio para arrebatarle la vida como un crimen de odio por homofobia.
Según el presidente de la Coalición Estatal de la Diversidad Sexual, Benjamín Callejas Hernández, van 18 crímenes de odio en lo que va del año en el estado de Veracruz.
Además, en los últimos dos meses, se han registrado tres asesinatos de personas de la comunidad sexodiversa -dos de estos en Veracruz, el estado que acumula mayor número de crímenes en lo que va del año- y la Fiscalía General del Estado no ha hecho nada; esto pasa con el 90% de los crímenes de odio.
En México, los crímenes de odio son pan de cada día. Ocupamos el segundo lugar a nivel latino América después de Brasil. EL 2019 fue el peor año con un registro récord en asesinatos a la comunidad LGBT+, en plena cuarta transformación. El presidente presume en las mañaneras la baja en índices de violencia y que la impunidad se acabó, pero es claro que esto es completamente falso. Además, las alianzas que ha construido con la iglesia y grupos conservadores, han sostenido un discurso discriminatorio que no sólo justifica, también legitima el aumento de agresiones y crímenes homolesbitransfóbicos.
La comunidad LGBT+, enfrenta día a día la violencia, la discriminación, la precarización laboral y los crímenes de odio. Por esto es urgente la unidad en las calles de todas las organizaciones que luchan contra la violencia heteropatriarcal y por derechos plenos. Necesitamos forjar un movimiento independiente del Estado y sus partidos políticos que luche no sólo por la justicia a todas las personas como Miguel Ángel, que les fue arrebatada la vida por su preferencia sexual, también para construir un mundo que merezca ser vivido, donde no nos asesinen por quienes somos.
¡Plenos derechos para las personas LGBT+!
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