Tras 55 años, Paul McCartney reveló la identidad de la mujer en la que se basó para componer la letra de su famosa canción, parte del disco Revolver del cuarteto de Liverpool.
Hasta el momento, todo lo que sabíamos era esto. McCartney siempre sostuvo que el nombre lo tomó de la actriz Eleanor Bron y que el apellido era una tienda de la ciudad de Bristol. Pero en la década del ‘80. alguien encontró una tumba en el patio de la iglesia St. Peter (lugar donde se conocieron Lennon y McCartney), cuyo epitafio tenía grabado el nombre de Eleanor Rigby, y ahí fue que el músico lo relacionó con algún viejo recuerdo.
Pero ahora parece que la realidad era otra. A poco tiempo de la inminente edición de The Lyrics (Las Letras), una especie de mapa biográfico donde McCartney va contando la historia detrás de sus composiciones, en la revista New Yorker publicó una nota con la verdadera historia de Eleanor Rigby.
“Eleanor Rigby está basada en una anciana con la que me llevé muy bien. Ni siquiera sé cómo conocí a "Eleanor Rigby", pero iba a su casa, y no solo una o dos veces. Descubrí que vivía sola, así que iba por allí y charlaba, lo cual es una locura si piensas que soy un joven de Liverpool. Más tarde, me ofrecería ir a buscarla de compras. Ella me daría una lista y yo traería las cosas de regreso, y nos sentaríamos en su cocina. Todavía recuerdo vívidamente la cocina, porque tenía un pequeño aparato de radio de cristal. Eso no es una marca; en realidad tenía un cristal en su interior. Las radios de cristal fueron bastante populares en los años veinte y treinta. Así que la visitaba, y solo escuchar sus historias enriquecía mi alma e influía en las canciones que luego escribiría”, relató el músico al develar la identidad de la mujer que luego sería la inspiración para uno de sus temas más famosos.
McCartney también agrega que el “Father McKenzie” al principio era el “Father McCartney” ya que coincidía con el número exacto de sílabas que precisaba. A Lennon le encantó la idea pero Paul luego empezó a sentirse incómodo porque era como si estuviese hablando de su propio padre, por lo que decidió cambiar el apellido buscando opciones en una guía telefónica.
“La canción en sí fue escrita conscientemente para evocar el tema de la soledad, con la esperanza de que pudiéramos lograr que los oyentes se sintieran identificados”, algo que el tema logra magistralmente además con la composición de su ritmo y que fue parte del transgresor álbum Revolver, el disco de transición donde dejaron de ser la clásica boy band para pasar a un plano de mayor experimentación con el pop y el rock.
Por último, Paul McCartney concluye su nota con una anécdota espectacular: “Cuando le llevé la canción a George (Martin), le dije que, como acompañamiento, quería una serie de puñaladas de acordes en mi menor. De hecho, toda la canción es en realidad solo dos acordes: Do mayor y Mi menor. En la versión de George de las cosas, combina mi idea de las puñaladas y su propia inspiración de Bernard Herrmann, que había escrito la música de la película "Psicosis". George quería incorporar algo de ese drama en el arreglo. Y, por supuesto, hay una especie de conexión descabellada entre Eleanor Rigby, una anciana desamparada y abandonada, y la madre momificada en "Psicosis".