De los sectores más afectados, ha sido el sector automotriz el que, debido a la necesidad de microchips para las unidades, ha tenido que parar constantemente. Esto afecta la cadena de producción basada en el método de trabajo Just In Time (justo a tiempo), desarrollada desde hace años para aumentar la productividad reduciendo los costos de producción, lo que implica ganancias millonarias de los patrones.
Así, mediante una logística centrada en la reducción de los tiempos (superando lo de la vieja cadena de producción impuesta por los patrones de la Ford) se garantiza la entrega inmediata del producto terminado para evitar el almacenaje de los mismos y se realice la venta de la mercancía, y por lo tanto, la ganancia.
Aunado a esto, también la sobreproducción de productos chatarra o desechables que tienen poca vida ha provocado que, frente a la crisis económica/pandémica, sea imposible mantener el ritmo de consumo acostumbrado
Los grandes millonarios y dueños de las empresas prefieren hacer caso omiso de esto y cargar el costo de la crisis en los bolsillos de las y los trabajadores recortando sus derechos laborales y recortando el salario, que ya viene muy desinflado tras décadas de neoliberalismo a nivel mundial.
Uno de los métodos para lograr este objetivo para favorecer a los millonarios es el paro técnico, este proceso consiste en parar la planta y cobrarle la mitad del salario al trabajador, esto en un país donde el salario ha sido liquidado por los gobiernos del PRI y del PAN, y donde los simbólicos aumentos del Morena mantienen niveles de pobreza, podríamos decir que un salario promedio en la industria automotriz oscila entre los 10 mil y los 15 mil pesos mensuales; con jornadas laborales extenuantes que en todos los casos rebasa las 8 horas y en donde los descansos, la hora de comida y el uso de baños para el saneamiento, prácticamente no existen. Es lo que llaman trabajo semi-esclavista.
Los problemas en la industria automotriz derivados de esta crisis, datan desde hace varios meses y cada vez se vuelven más agraviantes para miles de familias y el sustento
- En el caso de Mazda los paros son cada semana, prácticamente lunes y martes ya se han perdido como días laborales, además de que en ocasiones se agregan otros días
- En General Motors Toluca, los paros técnicos han llegado a un nivel tan exagerado que desde hace días se fueron a paro y se avisó de un regreso, hasta el 8 de noviembre.
- En Audi, los paros han sido escalonados entre tripulaciones y turnos pero han incluso dado pie para que la empresa comience a considerar el cierre del tercer turno
- En General Motors Silao, los paros han sido totalmente intermitentes pero con facilidad se puede decir que va más de un mes que las y los trabajadores han sido privados de su derecho al trabajo.
Estos casos dejan claro que una familia no puede sostenerse con un ingreso tan bajo como es el 50% de su salario, sobre todo, en el contexto de la pandemia que exige el uso de Equipo De Protección Personal, y medicamentos o gastos inconcebibles si un familiar cae grave por Covid19. Además, el alza a los precios de la canasta básica sigue en aumento y nada se acrecienta la desigualdad entre precios y salario debido a los topes salariales acordado entre las traidoras direcciones sindicales, los patrones y el gobierno.
Esta crisis está mostrando que el sistema de producción y distribución económica capitalista, lleva a la miseria a la clase trabajadora y por lo tanto cuestiona al capitalismo. Y que todos los gobiernos —sean de derecha o “progresistas”— permiten estas medidas patronales porque son los garantes del capital.
Por ello es necesario movilizarse por las demandas más elementales de la clase trabajadora.
- Es urgente un aumento salarial de emergencia, que iguale el precio de la canasta básica.
- Prohibición inmediata de despidos. Que por ley, ninguna empresa deba despedir a trabajadores con el pretexto de la crisis de semiconductores.
- Un alto inmediato al lucro con los productos básicos y servicios. La especulación y la rapiña capitalista deben ser frenadas con la movilización y la unidad de la clase trabajadora. Ello requiere contar con organizaciones obreras combativas y clasistas que no acepten las medidas que atentan contra los derechos de las y los trabajadores.
Para lograr esto las y los trabajadores deben comenzar a organizarse, y echar a los dirigentes charros de los sindicatos al servicio de la ganancia de los patrones para recuperarlos, poniendo al frente a trabajadoras y trabajadores convencidos de luchar por sus intereses de clase, y que acaten el mandato de asamblea de sus compañeros.
Hay que exigir una rendición de cuentas a los charros y a las centrales, Federaciones y Confederaciones, Nueva Central de Trabajadores, FESIIAAAN y UNT, que se reclaman democráticas, así como a las extranjeras Unifor y AFL-CIO, quienes han comenzado desde hace meses a tener injerencia en México.
Todas ellas deben dejar atrás los comunicados y simples declaraciones que no las comprometen a nada y pasar a la acción organizada, ya que estas problemáticas no son exclusivas de México sino que afectan también a trabajadores en Canadá y Estados Unidos. |