El 23 de Octubre de 2019, Luis Soto Flores fue detenido por carabineros en Calama en el marco de manifestaciones sociales. Desde esa fecha, el trabajador minero encontraba en prisión preventiva, es decir, más de dos años. Dicha prisión terminó el día de ayer donde, atendiendo a los hechos, se dictó la absolución del trabajador.
Luis Soto fue detenido mientras huía de la represión policial, atribuyéndosele en seguida el delito de porte de elementos incendiarios. Dicha acusación descansaba puramente en el testimonio de la policía, que en sus palabras «sorprendieron de manera flagrante al ACUSADO vertiendo sobre una barricada encendida un líquido acelerante de combustión»
Sin embargo, esta vez no fue suficiente el testimonio de la policía, pues el líquido descrito en la acusación (diluyente sintético) no constituye por sí solo como un delito de porte incendiario. Un montaje más de la policía que se cae. Los días pasados en prisión, a pesar de ser declarado inocente, no se los devolverá nadie. Sin mencionar las paupérrimas condiciones en que viven quienes aún son perseguidos por el Estado chileno.
Mientras tanto, la tramitación del proyecto de Ley de Indulto sigue entrampada en el Senado. Sujeta a los cerrojos y contra cerrojos del régimen que tiene como último seguro el Veto Presidencial.
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