El presidente brasileño Jair Bolsonaro, visitó este lunes Anguilla Veneta, un pueblo en el norte de Italia, donde fue invitado para recibir la ciudadanía honoraria. La visita del mandatario se dio en medio de una ola de protestas en su contra, que surgen luego de la decisión del gobierno municipal de la pequeña localidad de sus ancestros.
La presencia de Bolsonaro movilizó manifestantes para rechazar su visita en esa ciudad del norte de Italia, cuya sede municipal amaneció con los jardines cubiertos de estiércol en protesta por la decisión de la alcaldesa Alessandra Buoso, vinculada al partido ultraderechista italiano de la Liga.
La alcaldesa Buoso justificó su decisión argumentando que el reconocimiento se concede porque el bisabuelo de Bolsonaro emigró de esta comuna a Brasil en 1888.
Luego de la visita al pueblo de su bisabuelo, Bolsonaro se dirigió a Padua, ciudad donde la policía italiana reprimió las manifestaciones contra el presidente brasileño que viajo hasta esa ciudad para visitar la Basílica de San Antonio.
"Estoy emocionado de estar aquí. Creo que se ve. De aquí salieron mis abuelos; me complace estar entre gente buena", aseguró el presidente ultraderchista al inicio del encuentro, según informó la agencia italiana AGI, uno de los pocos medios presentes en el acto luego de que a la mayoría le rechazaran el ingreso.
Mientras en las calles se podía leer un gran cartel que decía "Fora Bolsonaro, fora Bolsonaro", mientras otro, escrito a mano, decía "Anguillara ama Brasil, pero no a Bolsonaro".
El mandatario brasileño se encuentra en Italia luego de participado el pasado fin de semana en el G20 de Roma. El martes tiene planeado visitar la localidad de Pistoia (centro de Italia) a una ceremonia ante un monumento erigido en memoria de los 500 brasileños que murieron en la Segunda Guerra Mundial y a la que también acudirá el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini. | 
