En Roma, Italia, tuvo lugar la cumbre opacada por la COP-26. La pandemia y la crisis climática fueron las protagonistas.
Entre los acuerdos se cuenta implementar medidas para garantizar la producción y distribución “rápida y equitativa” de las vacunas a nivel mundial, pero de nuevo el G-20 ‒integrado por Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, india, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea‒ guardó silencio respecto a las patentes.
Todos los gobiernos de las principales economías del mundo continúan poniendo por delante las ganancias de las trasnacionales farmacéuticas y los laboratorios. Esto cuando a nivel global ya se superaron 5 millones de muertes por la pandemia.
Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores y presidenciable hacia las elecciones de 2024 en México, se dirigió a la cumbre llamando al reconocimiento universal de todas las vacunas contra la covid-19 que se aprobaron de emergencia en los distintos países.
El canciller señaló en la conferencia de prensa posterior a la cumbre que el compromiso de los países participantes es inmunizar al 70 % de la población mundial contra covid-19, y justo por eso se requiere la aprobación de todos los países de todas las vacunas ya autorizadas por la OMS.
Hasta el momento son Sputnik V y CanSino dos de las que no están aprobadas, pero ya presentaron la documentación requerida para la certificación. Las tensiones de Estados Unidos y sus aliados con China y Rusia fueron determinantes para frenar el aval a estos biológicos, aunque en el caso de Sputnik V los estudios demostraron que es la más efectiva de las vacunas desarrolladas hasta el momento.
Mientras tanto, los países más pobres siguen con un acceso mínimo a la inmunización contra covid-19 y en los países dependientes, como México, la vacunación llegó a poco más del 50 % de la población, mientras niñas, niños y adolescentes siguen sin acceso a las vacunas aún cuando ya se aprobaron algunas para menores de edad.
La irracionalidad capitalista se evidencia de nueva cuenta con el manejo de la pandemia, ya que mantener las patentes farmacéuticas vuelve inalcanzable la vacunación a parte importante de la población mundial. Pero sin inmunizar a la mayoría del mundo no se puede avizorar el fin de esta crisis sanitaria global. Más tiempo pasa, más chance tiene el virus SARS-CoV-2 de mutar y generar nuevas cepas, que pueden no ser neutralizadas con las vacunas desarrolladas hasta el momento. |
