Este 3 de noviembre trabajadores, organizaciones sindicales, familiares de trabajadores presos, de jóvenes asesinados por los cuerpos represivos en los barrios, movimientos sociales, organizaciones de izquierda y activistas se concentraron en Parque Carabobo y marcharon por la Av. Universidad en Caracas para hacer sentir su voz de protesta y denuncia. |
Se movilizaron por la libertad de los trabajadores presos, contra los despidos (como los trabajadores de Salva Foods, propiedad de Alex Saab, echados a la calle por la empresa), por el cumplimiento de los reenganches, por salarios y jubilaciones que cubran la canasta básica e indexados a la inflación, por la derogación del Memorando 2792, contra los asesinatos de jóvenes en los sectores populares a manos de las FAES y demás cuerpos represivos, y contra las políticas de ajuste antiobreras del Gobierno de Maduro.
También durante la concentración y la movilización se denunció la brutal destrucción de los derechos de la clase trabajadora y de sus condiciones de vida, al igual que las del resto del pueblo, llevadas adelante por este gobierno y la clase capitalista (de la que forman parte directa muchos de la actual casta gobernante).
Durante la protesta se puso en evidencia que represión, anulación de derechos laborales y mayor miseria para el pueblo han ido de la mano. Es que entre el gobierno y los capitalistas de todos los bandos han llevado a la crisis más catastrófica que haya vivido el país en más de un siglo, y se la han hecho pagar a los trabajadores y al pueblo con la tragedia social que lleva más de siete años.
Entre la inmensa corrupción, la fuga de dólares y los pagos de deuda, condenaron al país y al pueblo a la ruina. Pero los banqueros, empresarios y burócratas civiles y militares, hicieron la fiesta y abultaron sus cuentas. La crisis nos la han hecho pagar al pueblo trabajador con la hiperinflación, la destrucción inaudita del salario y las jubilaciones, el desconocimiento de los derechos laborales, la ruina como nunca de la educación pública, la salud y todos los servicios públicos. Y la represión.
Como declaraba Ángel Arias, dirigente de la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS), “Mientras por arriba negocian y se ponen de acuerdo, son más de 150 trabajadores y trabajadoras que siguen presos (algunos en casa por cárcel o libertad condicional bajo presentación) por denunciar corrupción, por exigir derechos o incluso por negarse a avalar maniobras privatizadoras de la industria petrolera. Con trabajadores presos no hay noche buena ni feliz año”.
Por eso es que enfatizaba que “Contra esas políticas antiobreras y represivas del Gobierno hemos marchado hoy, y denunciamos el nuevo pacto que está en curso entre las fracciones económicas y políticas de la clase dominante. Con más o menos acuerdos, van delineando un funcionamiento de la economía donde la clave es mantener el nivel generalizado de pobreza del pueblo, la violación abierta de los derechos obreros, salarios y pensiones de hambre; junto a un régimen político que margina y proscribe a las organizaciones políticas de izquierda, y mantiene la dura represión contra el pueblo trabajador que luche”.
En la concentración y la marcha se dio una importante confluencia de trabajadores activos, despedidos en lucha por sus puestos de trabajo, jubilados, dirigentes sindicales, familiares de trabajadores presos, familiares de víctimas de los asesinatos a manos de la policía, y varias corrientes políticas de izquierda. |
