Amancio Ortega tiene una fortuna personal de 67.000 millones de euros, mientras que su hija Sandra alcanza 6.300 millones de euros, 12,5 % más que el año anterior. El presidente de Ferrovial, atesora 3.800 millones de euros, en la tercera posición y el presidente de Mercadona cuenta con 3.700 millones de euros.
Los más ricos han recuperado el crecimiento meteórico de sus fortunas en los últimos meses, al mismo tiempo que en el Estado español ha aumentado la desigualdad entre los más ricos y los más pobres.
Pero ¿cuál es el secreto de Amancio Ortega, la cara de la marca España? Basta indagar un poco en la estructura de su imperio textil para descubrirlo: la explotación laboral de miles de trabajadoras en los países más pobres del planeta. Los talleres textiles deslocalizados en Bangladesh, Myanmar o en Marruecos, donde se imponen condiciones laborales más dignas del siglo XIX, sin derechos sindicales ni sociales. Así, aunque Amancio Ortega y su hija se presenten como filántropos generosos en España, su fortuna está basada en esta cruda explotación laboral y las políticas antisindicales que se padecen en esos países.
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Por si fuera poco, recientemente, el Tribunal Supremo ha decidido que la Agencia Tributaria devuelva a Amancio Ortega 215.000 euros “indebidamente abonados”. Parece que hacienda tiene mucha dedicación puesta en cobrarle hasta el último duro a los trabajadores o pequeños autónomos, pero es muy blanda cuando se trata de las deudas de los poderosos. | 
