En Pergamino, después de 16 años de la misma política se perciben dos ciudades. Por un lado, la bella Pergamino sojera que crece en un centro pintoresco, en una peatonal nueva, prolija y limpia. Crece también en los suburbios donde cada vez hay más barrios cerrados en donde los grandes burgueses alojan sus fortunas aislados de la otra ciudad.
La otra ciudad, la que está también en los suburbios pero que no tiene privilegios es la más desfavorecida. Los mini conurbanos que se están desarrollando en los barrios periféricos están totalmente abandonados. Nunca son prioridad para el municipio a la hora de llevar servicios, transporte, asfalto, etc.
En los barrios periféricos de Pergamino viven mayoritariamente trabajadores que a diario se encuentran con problemáticas que son consecuencia de una gestión deficiente. No hay pavimento y eso lleva a que el transporte urbano no entre a los barrios cuando llueve, o después de determinada hora porque es “peligroso”. No hay gas natural, esto repercute directamente en el bolsillo de los habitantes del barrio que tienen que gastar mucho dinero en garrafas para poder calentase en invierno. Tampoco hay cloacas y en muchos casos el alumbrado público es deficiente dejando así calles totalmente oscuras.
Pero para el municipio este problema deja plata. En el barrio Kennedy los vecinos pagan el impuesto de Barrido y Limpieza con una tasa residencial, pero como no hay pavimento ni cordón cuneta, ese dinero nunca vuelve al barrio. Hace 20 años que ese dinero entra al municipio pero nunca se invierte en obras que mejoren la calidad de vida de esos vecinos. Desde el PTS en el Frente de Izquierda, exigimos que se abran los libros de recaudación impositiva y se le devuelva al barrio Kennedy la plata que aportó al municipio para que se realicen las obras que les fueron negadas a los vecinos. |