Desde el 29 de octubre, AMLO abrió una polémica al declarar en la mañanera brindada desde Campeche que el feminismo (y otros movimientos) defensores de “nuevos derechos” habían sido creados por el neoliberalismo. Ante esto, no solo llovieron críticas al jefe del ejecutivo, también vimos a ciertos organismos y figuras tratando de defenderlo y justificar sus declaraciones.
Hace una semana, ya dejábamos en claro que el feminismo ni es creación del neoliberalismo, ni se trata de una reciente lucha por “nuevos derechos”, sino una corriente político-ideológica con múltiples vertientes en análisis, política, programa, etc. Y que “claramente la intención de AMLO no es hacer un análisis exhaustivo de qué implicó el feminismo liberal en las décadas del neoliberalismo, sino simplemente desprestigiar las luchas actuales de las mujeres.”
Lo que AMLO quiso decir…
Sectores del Morena han insistido en justificar y defender lo indefendible, tratando de integrar elementos de lo que suponen AMLO quiso decir, obviando que fue un señalamiento generalizado utilizado para desplazar las luchas del feminismo, ecologismo y DDHH.
El Instituto Nacional de Formación Política del Morena difundió una infografía en la que “desarrollan” el argumento de AMLO. Concentrándonos en el tema del feminismo, refieren que hay otros sectores que han señalado la unión entre el feminismo y el neoliberalismo. Llegan incluso a justificar esto con los discursos críticos de Nancy Fraser y Angela Davis, una utilización maniquea de autoras que han desarrollado estas críticas en contextos específicos.
Es importante dejar en claro que tensan un argumento que modifica lo que expresó AMLO en la mañanera, no solo porque él simplificó y generalizó al feminismo, sino porque no es la primera vez que López Obrador ataca al movimiento de mujeres y las movilizaciones actuales. Éstas, no solo han denunciado la violencia y exigido el derecho a decidir, también han integrado entre sus demandas la lucha contra la precarización laboral de las mujeres.
A la par, días posteriores a las declaraciones de AMLO, el mismo INFP del Morena, publicó capsulas o fragmentos del Seminario Interinstitucional: Feminismos a la Izquierda (un seminario brindado meses antes por el INFP), en las que se expresa el cruce de un “cierto feminismo” con el neoliberalismo y cómo éste, a través de la exaltación del empoderamiento femenino, llevó a ponderar lo individual por sobre lo colectivo.
Por otro lado, en el programa Punto y Contrapunto del 2 de noviembre tanto Ana Montaño como Eder Guevara (militantes del Morena), también desarrollaron “lo que AMLO quiso decir”. Por un lado, Ana Montaño desarrolla que esa crítica viene del feminismo “crítico o marxista” y que sería importante que las feministas que tiene alrededor AMLO le informen que no se trata de todo el feminismo. Eder Guevara habló de la “indignación teledirigida”, cuestionando que los defensores del territorio, en sus palabras, “hablan de la supuesta selva” (negando las implicaciones ecológicas que tendrá el “Tren Maya”) y no se fijan en “otros lugares”, argumento muy usado por la derecha contra las feministas, por ejemplo, cuando reclamron "dónde estában las feministas ante el retiro de tropas estadounidenses de Afganistán".
¿Qué feminismo defiende el Morena?
Incluso si concediéramos que AMLO verdaderamente tenía esos argumentos en su cabeza cuando se lanzó en contra del feminismo, sería importante analizar qué hay detrás de esa cooptación del feminismo liberal por parte del neoliberalismo.
Como ya hemos desarrollado antes, el feminismo tuvo un proceso complejo desde la década de los años 70 hasta los 90. Sectores del feminismo pasaron a ser francamente liberales, un camino que pasó de cuestionar las bases del sistema capitalista y la movilización en las calles, a legitimar a la democracia burguesa como el único régimen en el que se puede obtener equidad de género, con reformas parciales, mientras dichas reformas no cuestionen el orden social existente y se limitan a modificar las condiciones de vida de un reducido sector de mujeres.
Incluso si concediéramos que la crítica es hacia ese feminismo liberal, es una enorme contradicción por parte del Morena, ya que, como acá sostenemos, el feminismo que el Morena defiende es, precisamente, liberal.
Si revisamos, por ejemplo, la plataforma Morena Mujeres 2020-2021, más allá de que hablan formalmente de las mujeres trabajadoras, apunta en general a implementar ciertas reformas para la integración de mujeres a cargos públicos, capacitar a las instituciones (responsables de la impunidad ante la violencia) con perspectiva de género, reconocer formalmente el trabajo reproductivo e implementación de campañas de empoderamiento; en síntesis, medidas paliativas que apuntan a reformar el sistema, y que no apuntan a los problemas estructurales que aquejan a las mujeres.
Es importante señalar que el problema no es solamente lograr las reformas o la conquista de derechos, desde el feminismo socialista estamos en la primera línea de la lucha por los derechos elementales que las democracias burguesas tienen como deuda con las mujeres, el problema es cuando la lucha de las mujeres se restringe a esas medidas paliativas sin atacar la raíz del problema. Porque, si algo ha quedado como lección del feminismo en la época neoliberal, es que los grados de igualdad política conquistados en las democracias capitalistas, no disuelven la desigualdad social. Y, peor aún, en el marco de un sistema que se basa en la opresión y la explotación de las grandes mayorías, nuestros derechos no están garantizados de una vez y para siempre, porque los derechos que se pueden conquistar en determinados momentos y es otorgado por los gobiernos frente a la lucha, pueden ser recortados en momentos de crisis.
Pero, incluso en ese grado, las feministas del Morena y la perspectiva de éste (y del conjunto de los partidos de la burguesía), fallan en la tarea primordial del feminismo liberal, es decir, la gestión estatal. Muestra de ello es, por ejemplo, el Presupuesto de Egresos 2022, en el que supuestamente hay un aumento del 81 %, con una cifra de 232 mil millones de pesos para “promover la igualdad”, pero en realidad ese presupuesto está etiquetado para programas sociales de otros rubros; el 55 % de ese presupuesto es para pensión a adultos mayores y un 19 % para Becas Benito Juárez.
Lo anterior mientras que, en años previos, con la austeridad republicana, hubo recortes a programas fundamentales como estancias infantiles y refugios transitorios, pese a que estos últimos, muchas veces, son la única vía para evitar que la violencia que viven las mujeres en su casa no termine en un feminicidio.
Peor aún, si verdaderamente les importaran los sectores de trabajadoras en el país, el gobierno de la 4T hubiera tenido alguna medida para prohibir los despidos y evitar las pérdidas de empleo masivos en plena pandemia, ya que, 7 de cada 10 empleos perdidos eran de mujeres debido a las condiciones de precariedad e inestabilidad del empleo femenino.
¿Es suficiente con cuestionar el neoliberalismo?
Si en algo aciertan los argumentos de sectores del Morena, es que el neoliberalismo tuvo la capacidad de cooptar a sectores del feminismo liberal, pero esa es una característica no solo del neoliberalismo, sino del capitalismo. Éste ha sido capaz de renovarse y salir de las crisis con la integración y cooptación de demandas de diversos movimientos. De ahí que, nuevamente, la discusión de fondo es lo problemático que resulta disociar la explotación -que es el pilar del capitalismo-, y la opresión patriarcal. Esa disociación no permite identificar que es imposible conquistar la emancipación de las mujeres en los marcos de este sistema que se basa en la explotación de las grandes mayorías y, doblemente, de las mujeres.
De ahí la importancia de integrar en el feminismo no solo una crítica neoliberal, sino anticapitalista, que cuestione las bases estructurales de la violencia y la opresión que vivimos.
Desde Pan y Rosas impulsamos la perspectiva del feminismo socialista, y consideramos que éste conserva su vigencia en tanto que el capitalismo ha demostrado que, con reformas y más derechos, no se logra de fondo la emancipación de las mujeres, porque el capitalismo no puede eliminar ni la explotación, ni el trabajo de reproducción, que sigue recayendo mayoritariamente en ellas.
Por ello, impulsamos el surgimiento de un potente movimiento de mujeres, que preserve la independencia política y organizativa frnte a la patronal, la burocracia sindical, la derecha, las Iglesias y el gobierno, ya que la única vía para conquistar nuestros derechos es la lucha combativa y en las calles, esa que AMLO desprecia. Un movimiento de mujeres que cuestione las bases de la violencia, y que en conjunto con todos los sectores explotados y oprimidos, luche por transformarlo todo. |