Pasado el mediodía de este jueves se dio por concretada la reunificación de la CGT. El "nuevo" triunvirato mantiene dos de sus viejas caras: Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de servicio). Dos aliados casi incondicionales al poder de turno. Dos dirigentes que no tuvieron problemas para pactar treguas con el Gobierno de Macri y, lógicamente, con el de Alberto Fernández. Se suma, como tercera pata, Pablo Moyano, quien sin embargo está ausente del cónclave por haber presentado algunos grados de fiebre. La foto de la unidad será sin él. R
Los Camioneros vuelven así a la conducción de la central luego de una ausencia de más de tres años. Se habían retirado a inicios de 2018, en el marco del fuerte descontento social contra el Gobierno de Cambiemos, cuestión que intentaban canalizar con una posición opositora en las palabras.
Después de una rosca de varios meses, la reunión de este jueves en Parque Norte confirma la integración de la mayoría de los sindicatos del peronismo en esta “nueva” CGT. El moyanismo se suma a los llamados gordos, los independientes y el sector alineado con Luis Barrionuevo. En el nuevo esquema, los sindicatos alineados de manera más directa con el kirchnerismo -agrupados en La Corriente Federal- también tienen su lugar en el Consejo Directivo.
En el reparto de las secretarias, la UOM se queda con la Secretaría del Interior; la Uocra con la Secretaría de Relaciones Internacionales. La UTA recibe la Secretaría de Cambio Climático, algo que habrá que ver qué quiere decir. Alimentación mantiene la de Industria y el Smata con la Gremial.
En un escenario signado por la crisis del Frente de Todos -cuya dinámica también dependerá de los resultados del próximo domingo- no hay ningún cemento real que solidifique posiciones.
En tiempos de crisis social y malestar, el mayor temor de las conducciones sindicales es el desarrollo de mayores movilizaciones que puedan escapar a su control. La actual unidad debe leerse también como respuesta a esa posibilidad.
Vistas las cosas bajo este prisma, la gran pregunta es cuánto durará la nueva unidad lograda entre las distintas alas de las conducciones sindicales burocráticas. |