Una fuerte trifulca se viene desatando al interior de la derecha oficialista en el país a pocos días de la primera vuelta de la elección presidencial, tanto porque la gran mayoría de sectores de la UDI, pasaron en Junio pasado del “socialdemócrata” Joaquín Lavín a José Antonio Kast en Noviembre. Y es que los orígenes de la propia UDI, profundamente Pinochetista y conservadora, se alinean más con un perfil, como el de José Antonio Kast.
Pero, los primeros en hablar respecto a la “inviabilidad” del programa económico de Kast, fueron precisamente los sectores del empresariado, no porque no estuviesen de acuerdo, sino porque sus medidas como despedir a cerca de 20 mil trabajadores públicos, puede afectar la paz social y poner en riesgo la tan ansiada “gobernabilidad” que buscan sectores de los empresarios.
Con el mal rendimiento en el debate de Kast y la performance de Sebastián Sichel, que le sirvió para salir bien parado y que sectores históricos de la UDI lo volvieran a mirar como una opción, tal como lo expresó la derechista Marcela Cubillos quién declaró que Sichel era un candidato del 50% no del 30% o 20%, como sí lo es José Antonio Kast.
Por contra parte la reconocida pinochetista y ex-presidenta de la UDI, Jacqueline Van Ryselbergue ya declaró su apoyo a Kast en esta primera vuelta, declarando que este ultimo unifica en los aspectos clave para la derecha como lo son el respaldo a carabineros y la justificación del llamado orden público y el discurso securitario, versus un Sichel que no hace más que “demostrar su debilidad”.
Sin dudas, que esta será una de las elecciones más esperadas de los últimos años, cómo también uno de los hitos que más contribuirá a repensar las fuerzas políticas en un Chile a dos años de la rebelión popular, en medio de un proceso constituyente completamente institucionalizado y con condiciones de vida que cada vez se ponen más cuesta arriba para el conjunto de las y los trabajadores y los sectores populares. | 
