Husek es la segunda película de Daniela Seggiaro, la realizadora salteña que en 2012 estrenó Nosilatiaj, la belleza. Ambas producciones abordan temáticas relacionadas con pueblos originarios de la comunidad wichi y los conflictos raciales, culturales y de clase que se generan en su interrelación con el mundo criollo.
En su reciente película, el gobierno local impulsa un millonario proyecto de urbanización en el territorio indígena del Gran Chaco y el programa implica que las familias wichis abandonen sus tierras. La comunidad del lugar no está de acuerdo, el niyat (cacique) Valentino y su nieto Leonel buscan impedir que la construcción avance, mientras que, luego de conocerlos en una visita a la zona en disputa, Ana –la arquitecta de la obra– empieza a dudar del proyecto.
La historia avanza a partir de esta disputa entre los proyectos oficiales del gobierno, que están en función de intereses de grandes grupos económicos, y la oposición de una comunidad que no es escuchada y carga con una historia de años de atropellos y despojos.
La violencia se expresa en las políticas a implementar, en el trato cotidiano, el racismo y desprecio, como también en un choque lingüístico y cultural.
Maniobras de engaño, planes de desalojo, discursos demagógicos acompañan los proyectos del gobierno. A su vez el machismo es parte del mundo de los funcionarios que la joven arquitecta Ana (Verónica Gerez) enfrenta en su trabajo diario. A medida que avanza la película, crecen sus dudas acerca de las “buenas intenciones” del gobierno, y logra comprometerse con la situación de la comunidad.
Se destaca la experiencia de vida comunitaria en contraste con el individualismo y la competencia. Los planos registran la belleza del monte, el espacio natural que la comunidad defiende y reclama, como también los restos de una historia violenta. Ruinas de décadas pasadas dan cuenta tanto de incursiones del ejército, como de antiguos proyectos habitacionales de pésimas condiciones.
El guión es parte de un trabajo colectivo de Daniela Seggiaro con Osvaldo Villagra, que es miembro de la comunidad wichi. El equipo de trabajo, y los actores y actrices, combina también esta interculturalidad que se expresa en la obra. La película de ficción suma tanto aspectos cercanos a la observación documental como elementos de género fantástico. Con importantes escenas habladas en wichi, las disputas y tensiones encuentran también un lugar importante en el territorio del lenguaje. La lucha por el derecho a un territorio es también parte de la defensa de una cultura y un lenguaje propio.
En momentos en que las campañas contra los pueblos originarios crecen y la violencia se expresa en nuevas muertes como la de Elias Gray, joven de la comunidad mapuce, películas como Husek aportan a visibilizar esta problemática.
Trailer - HUSEK from Maravillacine on Vimeo. | 
