Este jueves la vocera presidencial Gabriela Cerruti afirmó en conferencia de prensa que el Gobierno nacional busca “prevenir y resolver” situaciones de violencia en la Patagonia, en clara alusión al asesinato de Elías Garay (29) a manos de sicarios que ingresaron a los tiros el domingo a la tarde en la Lof Quqmquemtrew de Cuesta del Ternero.
Sin embargo, lejos de colocarse del lado de las comunidades mapuche criminalizadas y reprimidas por el Estado en las provincias de Río Negro, Chubut y Neuquén (como en otras regiones del país), la funcionaria dejó en claro el alineamiento en este tema del Gobierno nacional con la gobernadora rionegrina Arabela Carreras, una de las más fervientes represoras de los pueblos originarios.
“Anoche conversé con el ministro (de Seguridad) Aníbal Fernández sobre el tema. Él está en conversaciones permanentemente con la gobernadora de Río Negro, no de ahora sino desde siempre. Se estuvieron enviando efectivos (federales), se estuvo trabajando en la zona donde son los conflictos que están siendo en este momento en la zona de Río Negro”, afirmó Cerruti en una conferencia de prensa brindada esta mañana en la Casa Rosada.
Ampliando el concepto, Cerruti agregó que “hay un espíritu en conjunto, tanto de la gobernadora como de este Gobierno y del ministro, en avanzar hacia una suerte de mesa de trabajo, o de cooperación, para que se pueda llegar de la mejor manera, tanto a prevenir estas situaciones como a resolver las que se están desarrollando”. En ningún momento dijo que esa “mesa de trabajo” debe estar integrada centralmente por las propias comunidades indígenas que reclaman que se cumpla con la Ley 26.160 de posesión de tierras comunitarias.
“La Gendarmería estuvo en la ruta 40 y en las diferentes localidades donde había que prevenir que se levara adelante conflictos, precisamente, durante el fin de semana largo y fue bastante eficiente el accionar”, añadió la portavoz de Alberto Fernández en claro tono criminalizador de la protesta originaria.
Sobre el brutal crimen del Elías Garay y las graves heridas recibidas por su compañero Gonzalo Cabrera (a quienes ni se dignó en nombrar), Cerruti pareció tomarlo con naturalidad. “Obviamente hay pérdidas de vidas humanas y esa es la principal preocupación y el principal dolor de este Gobierno”, dijo Cerruti. Ni siquiera a nivel discursivo para el Gobierno del Frente de Todos es necesario hablar de crimen a manos de sicarios, ni de campaña estigmatizadora y criminalizadora de los reclamos originarios, ni mucho menos de brutalidad explícita de parte del poder político y terrateniente en la Patagonia. Total normalidad.
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