En los Países Bajos este domingo se confirmaron hasta el momento 13 casos de la variante Ómicron, el mayor número confirmado hasta ahora en la Unión Europea (UE) y fuera del sur de África, mientras busca a unos 5.000 viajeros que llegaron en vuelos del sur de África desde el lunes pasado para que realicen un test de coronavirus.
El Instituto de Salud Pública (RIVM) no ha terminado el análisis de secuencia del virus de todas las muestras recogidas en el aeropuerto de Ámsterdam a los 624 pasajeros que aterrizaron en dos vuelos procedentes de Johannesburgo y Ciudad del Cabo el viernes, día en el que se prohibió el tráfico aéreo desde el sur de África por temor a la propagación de la nueva variante.
Hasta ahora, 61 personas dieron positivo en coronavirus y se encuentran sometidos a una cuarentena de siete días si tienen síntomas, y cinco si son asintomáticos. Al mismo tiempo, se está realizando un análisis de los test para determinar de qué variante están contagiados.
Los pasajeros que llegaron la semana pasada a Ámsterdam en los vuelos procedentes de países del sur de África, viajaron acorde a unas normas que se aplicaban antes de que la región del sur de África empezara a ser considerada el viernes una zona de alto riesgo. Las personas vacunadas no necesitaban realizar a un test antes de embarcar en el avión, y las personas no vacunadas podían volar con un resultado negativo de un test PCR de máximo 48 horas o de un test de antígenos de máximo 24 horas.
Hoy también fue confirmado el tercer caso de la variante Ómicron en Alemania luego de conocer el resultado de la prueba PCR realizada a un pasajero que había aterrizado el 21/11 en el aeropuerto de Fráncfort procedente de Sudáfrica.
El viajero, con la pauta completa de la vacuna contra la covid-19, comenzó a desarrollar síntomas a lo largo de la semana. En la noche del sábado, el Ministerio de Sanidad de Baviera confirmó los dos primeros casos de la variante Ómicron en Alemania en dos pasajeros que aterrizaron el pasado 24 de noviembre en el aeropuerto de Múnich, también procedentes de Sudáfrica.
Por su parte, Marruecos va a suspender durante dos semanas todos los vuelos procedentes del extranjero y las dos conexiones marítimas con Francia para protegerse de la variante Ómicron.
El comité interministerial también decidió prohibir la entrada de pasajeros procedentes de Sudáfrica y otros países del África meridional (Botsuana, Namibia, Lesoto, Esuatini, Mozambique y Zimbabue) y los pasajeros que transitan por estos países.
En Israel se cerrarán las fronteras por completo a los extranjeros para prevenir la expansión de esta del covid-19, además de imponer cuarentena obligatoria para los ciudadanos israelíes que regresen al país y otras restricciones internas.
Hasta el momento Israel registró un contagio con la variante Ómicron -una mujer israelí que regresó la semana pasada de Malawi- y hay otros 12 viajeros procedentes de África que aún deben ser testeados.
Si bien Los casos de covid-19 relacionados con la nueva variante Ómicron que se detectaron hasta la fecha en Sudáfrica fueron más bien leves, y el número de contagios identificados aún es bajo para sacar conclusiones, es probable que la situación cambie en las próximas semanas, según expertos sudafricanos.
La doctora sudafricana Angelique Coetzee, presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica (SAMA, por sus siglas en inglés), dijo que por el momento la situación no justificaría el "pánico" generado.
En ese mismo país, otros expertos indicaron que es muy pronto para extraer conclusiones dado el escaso número de casos identificados.
El especialista en enfermedades contagiosas Richard Lessells, destacó que muchos de los casos de Covid 19 que se están registrando en Sudáfrica fueron entre personas jóvenes, y sumado a “la demora temporal para que las infecciones progresen hacia la enfermedad severa y la hospitalización, solo se podría ver el impacto en las hospitalizaciones en las próximas semanas”, expresó a través de Twitter.
El descubrimiento de esta nueva variante del coronavirus, identificada como B.1.1.529 y bautizada con la letra griega Ómicron por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se anunció el jueves a través de las autoridades sanitarias de Sudáfrica, a partir de muestras tomadas a mediados de noviembre.
Al momento que se llevó a cabo el anuncio, habían sido identificados contagios en Botsuana y en Hong Kong (China), y luego se detectaron casos en Israel, en Bélgica (un caso de una viajera procedente de Egipto), Australia, Reino Unido y otros lugares.
Esta nueva variante se caracteriza por presentar un número inusualmente alto de mutaciones, su impacto aún está siendo estudiado.
La OMS dio la categoría como variante de riesgo este viernes, ya que algunas de estas nuevas mutaciones pueden tener una mayor capacidad de transmisión que las variantes anteriores.
Ante esta situación, numerosos países, incluido el Reino Unido, Estados Unidos y las naciones de la Unión Europea, anunciaron rápidamente restricciones de viaje para los países del sur de África.
Ahora la regla que se aplica a las personas que aún pueden viajar desde las “zonas de riesgo” del sur de África (generalmente se impone una prohibición de vuelo, pero los ciudadanos europeos aún pueden regresar) es que necesitan hacerse una doble prueba: una prueba PCR y un test rápido, independientemente de si se está o no vacunado, y tienen que cumplir una cuarentena domiciliaria al llegar a casa.
El Gobierno del Reino Unido convocó para este lunes una reunión urgente de ministros de Sanidad del Grupo de los Siete (G7, economías más desarrolladas), para abordar la variante Ómicron del coronavirus.
El Grupo de los Siete está formado por el Reino Unido, Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia y Japón, además de la Unión Europea como invitada.
Esta nueva variante aparece luego de las advertencias de científicos y distintas organizaciones del mundo ante la enorme desigualdad en los ritmos de vacunación de los países más ricos y los más pobres, donde el sector de la población que tienen acceso a la vacuna es muy bajo.
Unos pocos países imperialistas han acaparado la producción de las primeras vacunas mientras los niveles de vacunación en muchas regiones es muy bajo, como ocurre en África con países que tienen a menos del 5% o incluso del 1% de la población vacunada. En Sudáfrica, sólo el 10 % de la población completó el esquema de vacunación con dos dosis.
Esta situación genera una circulación comunitaria masiva que produce nuevas mutaciones y variantes. La exigencia internacional de liberar las patentes para poder detener la pandemia y que las vacunas puedan fabricarse de forma masiva y al costo, fue negada una y otra vez por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los países imperialistas.
Sólo se puede explicar la aparición de una nueva variante por la irracionalidad capitalista, que prioriza las ganancias por sobre la vida de las personas, y que predominó en la forma es que se administró la pandemia. |