El pasado miércoles sesionó el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires, el cual es el máximo órgano de cogobierno compuesto por representantes de los claustros docentes, estudiantes y graduados, los decanos de las trece unidades académicas y el rector Alberto Barbieri. Allí, se presentó una resolución, votada por amplia mayoría -24 votos a favor y 2 abstenciones- cuyo contenido expresa el rechazo al ajuste en educación superior según la ley de presupuesto para el 2022. Previamente hubo algunos cuestionamientos por parte de Barbieri al presupuesto redactado por el Ministro Guzman, con recortes en áreas como educación, salud y programas sociales. La UBA, además de sostenerse con el presupuesto educativo, mediante los recursos destinados a salud sostiene seis hospitales que se encuentran bajo su órbita, cuyo presupuesto prevé una baja del 18,9 %.
Esta declaración firmada por Barbieri, referenciado en el Frente de Todos, cuenta con los votos de la mayoría de los claustros de profesores, docentes y graduados, hoy en manos de la Franja Morada- UCR; y también decanos referenciados en el kirchnerismo como Juan Carlos Reboreda de la Facultad de Ciencias Exactas y Américo Cristófalo, de Filosofía y Letras.
La Universidad de Buenos Aires, dirigida históricamente por radicales, peronistas, kirchneristas y el PRO, no está exenta de las disputas abiertas en las dos grandes coaliciones, Frente de Todos y Juntos por el Cambio en las elecciones pasadas, la crisis de liderazgos existe en ambos "de la grieta". Y también tiene que ver con que el año próximo será la elección a Rector en la UBA. Todos se prepararan para esa disputa. En Juntos, las distintas alas; sectores del radicalismo, del larretismo y macrismo pugna por ver quienes salieron favorecidos, no es casual que los radicales busquen frente a esta declaración en rechazo al ajuste del Gobierno reubicarse en uno de los lugares donde se ven fuertes, la Universidad. La Franja Morada (UCR) a través de la presidencia de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), “amenaza” con movilizar en caso de no obtener respuestas sobre un aumento presupuestario, pero mientras tanto en estos dos años de pandemia se mantuvieron paralizados frente a los recortes, por ejemplo, en la Beca Progresar o a la política expulsiva en el CBC cuando se intentó cambiar la modalidad de cursada. Ni hablar que fue su gobierno, el de Macri, que se hizo conocido en las universidades por el ataque con el “presupuesto 0 %” que enfrentamos organizados y en las calles. Del otro lado, el Frente de Todos ha planteado que tiene “debates internos”, estos también tienen su expresión en la adhesión al rechazo del presupuesto de Guzman donde quienes están alineados al ala kirchnerista del FDT hacen declaraciones de cuestionamiento para intentar delimitarse. Por el momento, muchas palabras, nulas acciones y siguen apoyando al gobierno. Cada sector, con sus particularidades, es parte de sostener el antidemocrático régimen universitario y gestionar una educación superior donde miles quedan afuera y esto se profundizó con la pandemia, que paga salarios de miseria a los docentes y mantiene a miles trabajando gratis, o ad honorem como les gusta decir en la academia.
Durante los últimos seis años, cuatro bajo el gobierno de Macri y los últimos dos con Fernández, el presupuesto de las universidades no dejó de caer, actualmente se calcula que las universidades públicas han sufrido un 34 % de recorte en este período, y el actual presupuesto presentado prevé un nuevo ajuste educativo que alcanzaría el 5 % aproximadamente dependiendo el cálculo con la inflación. Pero ¿a dónde se va la plata? El último pago al Fondo Monetario Internacional por 1.905 millones de dólares por vencimiento de deuda equivale a un 72 % del presupuesto universitario del ciclo lectivo en curso. Las prioridades están claras.
Mientras, el Gobierno Nacional se encuentra elaborando un “Programa Económico Plurianual para el desarrollo sustentable”, en base a los lineamientos solicitados por el nuevo embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, y del FMI. ¿Cual es el objetivo? Seguir pagando la deuda odiosa e ilegítima que adquirió el macrismo, para lo cual, necesitarán seguir profundizando el ajuste en curso que ya empezó con medidas como la devaluación al salario de lxs más precarizados que facturan como monotributistas y con el fin de la ley Anti despidos y la doble indemnización.
El ajuste al presupuesto educativo no puede leerse por fuera de un plan conjunto del Gobierno para “honrar la deuda”, mientras que asumió con un discurso de recuperar lo perdido con el macrismo la realidad fue otra. Desde un primer ajuste en jubilaciones y salarios estatales en 2019 (cuando no había pandemia que los ayude a excusarse), luego con la llegada de la crisis sanitaria económica y social se puso sobre la mesa la realidad, donde se profundizó la desigualdad. Actualmente, mientras el índice de pobreza alcanza al 40,6 % de la población según el INDEC, el Gobierno en este segundo año de pandemia optó por rechazar masivamente el ingreso a la Beca Progresar, recortar el IFE, que resultaban como un apoyo económico -aunque escaso- para muchos estudiantes. Es un recorte de recursos en la universidad pública que van de la mano de un conjunto de medidas que afectan a cada vez más pibes y pibas y al conjunto del pueblo trabajador. Como si fuera poco, hace dos días se anunció un aumento del 52 % del monotributo, que afecta a aproximadamente 2,362 millones de trabajadores- según el Ministerio de Trabajo- que se encuentran bajo este régimen. Con la precarización laboral en aumento, y mientras se perpetúa en distintos espacios de trabajo la relación laboral encubierta mediante esta modalidad, un gran porcentaje de jóvenes van a sentir este impacto en sus bolsillos.
La denuncia de la Franja a través del presidente de la FUBA anunciando que convocarán a una movilización en caso de no modificarse el presupuesto de ajuste en la universidad por el momento son declaraciones para medios de comunicación. Si efectivamente quisieran representar los intereses estudiantiles ya deberían estar convocando asambleas, comisiones, foros de debate, distintos espacios de deliberación estudiantil para organizarnos y salir con fuerza a la calles para imponer este reclamo, denunciando además que esto es parte del plan del Fondo y lo que llevaría a un cuestionamiento también sobre lo que su propia fuerza política y representantes en el Congreso hoy en la coalición de JxC harán que es apostar a pagar la deuda. Hasta el momento, la Franja mantiene a los centros de estudiantes que conduce como en Económicas, Medicina, Psicología y FADU, entre otros no solo alejados de cualquier tipo de organización sino que donde la ha habido espacios de base a pesar de ellos, intentaron boicotearlos como la asamblea de Económicas por la modalidad de exámenes hace unos meses o le han dado la espalda como ocurrió con las asambleas y acciones de los pibes y pibas del CBC y las movilizaciones contra el recorte de la Beca Progresar.
Por su parte las organizaciones que son parte del FDT tienen discursos como agrupaciones a través de sus referentes o militantes y sostienen los centros que conducen que son herramientas de deliberación y organización estudiantil, subordinados a la política de ajuste del gobierno. El caso del Centro de Filosofía en manos de Patria Grande y La Cámpora es el más gráfico. Mientras hay vídeos en redes donde plantean que “la deuda no se puede pagar con el hambre del pueblo” no convocan ni a un espacio de organización y menos a la calle, salvo para apoyar al presidente como hicieron hace dos semanas. La propia CFK en su última carta presentada el pasado sábado, intenta despegarse del presidente de la nación para cuidar los votos de la tercera sección de la PBA, como si no fuera la vicepresidenta. Y hasta el decano de Filo que sostiene el antidemocrático régimen universitario cuestiona más de palabra el ajuste en educación que la conducción del CEFyL. Nunca mejor aplicada la expresión de la Facultad de Fantasía y Letras.
Estas organizaciones que son la conducción de la organización estudiantil tienen que romper con el gobierno y convocar espacios de debate e impulsar medidas para enfrentar el ajuste. En las facultades donde la Franja es conducción, hay agrupaciones de la oposición que rechazan al FMI como ocurre con los compañeros del Base en Económicas e incluso agrupaciones que se referencian en el FDT y cuestionan al Fondo como la CR en la FADU.
Para que los posicionamientos sean consecuentes, hay que apostar a abrir el debate y la movilización para que el movimiento estudiantil intervenga en la escena política junto a las y los trabajadores para enfrentar al FMI y el ajuste del gobierno. Por aumento del presupuesto educativo y contra la deserción estudiantil, por becas integrales para que todos y todas puedan estudiar, así como todos los reclamos que levanta la juventud en defensa del medioambiente y contra la violencia machista y por todo los derechos de las mujeres y la diversidad, es necesario retomar nuestros espacios de debate y organización.
Ese es el camino que apostamos desde la red de agrupaciones que impulsamos desde La Juventud del PTS en el FIT junto a decenas de compañeros y compañeras independientes a través de las Secretarías que compartimos con otras agrupaciones de la izquierda en los centros de estudiantes de Filosofía y Letras, Sociales, Psicología y la FADU. Nos preparamos para copar la calle junto a organizaciones de trabajadores y trabajadoras, sociales, ambientales y juveniles que están coordinando para movilizarnos bajo las banderas de “La deuda siempre se paga con el hambre del pueblo. Ningún acuerdo: ¡FUERA EL FMI!”. El 11 de diciembre a las 15.3 h en Av. de Mayo y 9 de Julio para marchar hacia la Plaza de Mayo. Las agrupaciones que dicen rechazar el ajuste del gobierno y el FMI, tienen una cita ese día ya que es el único espacio de coordinación y debate para comenzar a preparar la gran tarea de organizar más fuerzas para enfrentar este plan contra el pueblo trabajador y la juventud. Nuestro aporte será pelear por esta perspectiva en cada facultad con quienes se sumen a impulsarla en las organizaciones estudiantiles, para que estudiantes cumplan un rol frente a esta crisis.
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