La fecha se instituyó mediante la Ley 27.117, mediante la cual se señaló a este día en homenaje a Andrés Guacurarí y Artigas, porque fomentó la producción e impulsó la comercialización de la yerba mate durante su mandato como gobernador de Misiones entre 1815 y 1819.
El mate comenzó a beberse en el siglo XIX, en la llamada Región Paraguaria (Paraguay, Argentina, Uruguay, Bolivia, Brasil y Chile). En aquellos años de colonización se lo conocía como “oro verde”.
La palabra “mate” tiene origen en el término quechua “matí” y significa calabaza, ya que en ese tiempo era el recipiente y material donde más se tomaba. La bombilla se denominaba “tacuarí” y era simplemente una cañita ahuecada.
Según los entendidos, el consumo del mate tiene muchos beneficios para el organismo: es antioxidante, debido a su alta concentración de polifenoles; contiene vitaminas del grupo B, esenciales para las funciones corporales; el potasio y el magnesio son otros de sus componentes minerales, que ayudan a un buen funcionamiento del corazón y a incorporar proteínas, respectivamente. Además, se destaca por su efecto energizante y porque ayuda a disminuir el colesterol malo y los triglicéridos.
Capaz de calmar la sed más que el agua común, es la infusión más consumida en la Argentina, muy por encima del té o el café y, según estiman las empresas productoras de yerba, está presente en el 90 % de los hogares: se beben, en promedio, 100 litros de mate al año por persona.
El mate es la bebida más popular en la Argentina. Si bien hay otros países donde se toma y mucho, como Uruguay, sin dudas es parte de la cultura nacional. ¿Te preparás unos mates?
Artículo publicado originalmente en 2021 |