La mayoría sindical vasca conformada por ELA, LAB, Steilas, ESK, Etxalde, Hiru, CGT y CNT, que suman el 72% de la representación, convocaron para este miércoles manifestaciones en las capitales y otros 35 municipios bajo el lema Por un trabajo, pensiones y condiciones de vida dignas. No a las reformas laborales y de pensiones. Soberanía para una vida digna. Además de los sindicatos convocantes, decenas de organizaciones sociales se sumaron a la convocatoria. Como es habitual, las direcciones de CCOO y UGT se negaron a apoyarla.
A pesar de ser una jornada de intensas lluvias, miles de personas respondieron a la convocatoria sindical. El hartazgo con los incumplimientos sistemáticos respecto a las prometidas derogaciones de la reforma de las pensiones y la laboral, tal y como vienen reclamando todos los lunes el Movimiento de Pensionistas y los sindicatos.
Una jornada de movilización que se realizó en la víspera de la previsible aprobación de la reforma de pensiones del gobierno progresista, que en su último trámite contó con el apoyo del PNV y la abstención de EH-Bildu.
En el caso de EH Bildu, definieron su abstención el pasado 22 de noviembre en la comisión del Congreso de los Diputados, como una “abstención crítica”, y la justificaron por haberse incluido realizar una auditoría pública de la deuda y los gastos de la Seguridad Social desde 1967. ERC y PNV por su parto dieron un apoyo cerrado a la reforma de Escrivá.
Estos son, en distinto grado, los principales apoyos del PSOE y UP para la que promete ser la primera contrarreforma del gobierno “progresista”, orientada a penalizar las jubilaciones anticipadas y alargar, aún más, la edad efectiva de jubilación.
Amaia Muñoa, portavoz de ELA, criticó la posición de EH-Bildu respecto a los Presupuestos en su discurso señalando que “debería ser imposible que la izquierda entre a negociar estos presupuestos que no van a cambiar en nada la situación estructural y que relativice las reivindicaciones sindicales y sociales; a eso se le llama fraude”.
En el mismo sentido Igor Mera, de ESK, añadió que “además de los Presupuestos, el Congreso español tiene que aprobar antes de que acabe el año tres grandes reformas: pensiones, laboral y el estatuto básico de la empleada pública. Quienes estamos aquí, sabemos que poco podemos esperar de mesas de diálogo social construidas y gestionadas a espaldas de las y los trabajadores”.
Endika Perez, de LAB, sostuvo que “la crítica es indispensable. Pero, sobre todo, es momento de incidir, de ser actores y no esperar a que nos marquen la agenda. Es momento de activar una estrategia ofensiva”.
Los dos grandes sindicatos —ELA y LAB— siguen negociando una fecha para la convocatoria de una huelga general, y no ocultan sus críticas a los diputados de EH-Bildu cada vez más comprometidos en su rol de socios del gobierno “progresista”. ELA lleva lanzó recientemente una campaña dirigida a ellos con el lema de “No nos vendáis en Madrid”.
El manifiesto de la convocatoria señala que “vivimos un momento de vital importancia. En el proyecto de reforma de las pensiones se recortan las jubilaciones anticipadas y, lejos de garantizar unas pensiones mínimas de 1.080 euros o acabar con la brecha de género, lo que se sabe apunta a que no se derogarán los recortes impuestos años atrás ni reforzarán el sistema público de pensiones. El contenido de la reforma laboral es una incógnita aún mayor, pero nada apunta a que se vaya a garantizar nuestro derecho a establecer libremente nuestros convenios en Euskal Herria ni a derogar las reformas anteriores en aspectos clave como la facilidad de despido. El objetivo es condicionar estas reformas, y la movilización es la vía elegida para lograrlo”. | 
