Un varón falleció el pasado viernes después de haber recibido el disparo de una pistola táser de los Mossos d’Esquadra. El suceso ocurrió en Badalona en la mañana del 26 de noviembre. Una dotación de la policía autonómica se personó en el domicilio familiar del fallecido y lo redujo con este dispositivo que se viene empleando en Catalunya desde 2018.
Tras reducirlo fue conducido a un hospital, donde falleció dos días más tarde. Hay una investigación abierta para determinar las causas de su muerte. Hasta el momento el departamento de Interior mantiene su tradicional ermetismo en este tipo de casos. La asociación de derechos humanos catalana, Iridia, ha exigido que se abra una investigación independiente de lo sucedido.
La aprobación del uso de pistolas táser fue una medida muy cuestionada por diversas entidades antirrepresivas y de defensa de derechos humanos, advirtiendo que este tipo de dispositivos pueden causar daños irreparables e incluso la muerte, como podría haber ocurrido en esta ocasión.
Los Mossos d’Esquadra y el Departament d’Interior acumulan denuncias sobre malos tratos y vejaciones, tanto en dependencias policiales como en la vía pública. Uno de los casos más conocidos fue la muerte de Juan Andrés Benítez, vecino del barrio del Raval, que fue reducido por casi una decena de agentes en 2013 causándole una parada cardíaca que le provocó la muerte.
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