La víctima recibió una descarga en un operativo realizado por los Mossos d’Esquadra, la policía catalana. El hecho ocurrió en Barcelona y reaviva el debate sobre la letalidad de las pistolas eléctricas. El caso confirma que las Taser hayan sido calificadas como “armas de tortura” incluso hasta por la ONU, y muestra que pueden llegar a ocasionar la muerte. En los últimos meses, distintos referentes del Frente de Todos y de Juntos reclamaron su implementación en Argentina.
En la localidad catalana de Badalona, un hombre falleció tras recibir la descarga eléctrica de una pistola Taser durante un operativo realizado por los Mossos d’Esquadra. El hecho ocurrió el 26 de noviembre pasado y vuelve a confirmar la capacidad letal de estas armas, rechazadas por todos los organismos de derechos humanos y calificadas como dispositivos de tortura hasta por la ONU. La versión de la Policía catalana asegura que llegaron al lugar tras la denuncia de un vecino, que aseguró que el hombre fallecido estaba amenazando a su familia “con cuchillos”.
Los Mossos d’Esquadra aseguran que los agentes dispararon la pistola Taser "por bien de la familia y los mossos presentes". Tras la descarga eléctrica, el hombre cayó desplomado al suelo y fue inmovilizado por los agentes. Después de ser detenido, fue trasladado al hospital donde falleció.
El hecho vuelve a encender el debate sobre las pistolas eléctricas. El Comité contra la Tortura de la ONU ha manifestado en varias oportunidades su preocupación por el uso de estos artefactos en los cuerpos de seguridad de varios países del mundo, considerándolos un instrumento que promueve la tortura.
Los promotores de las Taser en Argentina
El uso de las pistolas Taser es una de las banderas de quienes promueven la agenda de “seguridad” y “mano dura” en todas partes del mundo, algo que en Argentina comparten referentes de las principales coaliciones políticas.
Probablemente el primer nombre que uno asocia a las Taser es el de la exministra de seguridad macrista, Patricia Bullrich. Abanderada de esta causa, desde su cargo (y fuera de él) se encargó en más de una oportunidad de defender su implementación, aunque no es la única. Del lado del Frente de Todos podemos hallar a Sergio Berni como su espejo, aprovechando cada ocasión para promover el uso de estas pistolas por parte de las fuerzas represivas.
Pero un repaso rápido muestra que en verdad la demagogia derechista no es algo exclusivo de estos personajes reaccionarios, y sobre todo muestra que es un tema donde no existe la grieta.
El año pasado Sergio Massa, presidente de la Cámara de Diputados, aseguró que usar Taser “es una obligación” y remarcó que son “herramientas que en Estado de Derecho nos da la Constitución para hacer cumplir la ley”.
Días después fue el turno del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, quien también defendió su uso y, aprovechando los fondos destinados por Nación y el envío de efectivos federales para saturar los barrios del sur de Rosario, anunció sus intenciones de autorizar las Taser. El gobernador salteño Gustavo Saénz también se sumó a la demagogia derechista y aseguró que promulgaría una ley para habilitar su uso.
Pero la nota la dio el candidato “progresista” del Frente de Todos en la Ciudad, Leandro Santoro, cuando en plena campaña declaró estar “a favor de las Taser” después de haber charlado el tema con Sergio Berni.
El caso en la localidad catalana de Badalona vuelve a encender el debate acerca de la letalidad de las pistolas eléctricas, algo que en general siempre es negado por los promotores de la mano dura o minimizado por la demagogia securitaria. Frente a un debate corrido a la derecha, y a argumentos de “progresistas” que defienden la incorporación de esta herramienta de tortura en manos de las fuerzas represivas, el Frente de Izquierda es la única fuerza política que mantiene su rechazo de manera consecuente, y se sum a las denuncias de los organismos de derechos humanos que rechazan tajantemente su utilización.
Así lo volvió a expresar viernes Myriam Bregman, cuando en su cuenta de Twitter compartió la noticia de lo sucedido en Cataluña y escribió: “Matan”.
El acuerdo con el FMI que prepara el Gobierno, buscando el aval de la oposición patronal y los grandes empresarios, sólo puede profundizar el camino de ajuste y represión a quienes se propongan enfrentarlo. Rechazar la demagogia derechista es algo elemental para evitar que se fortalezca el poder del aparato represivo del Estado, en medio de una crisis que se agrava cada vez más.