La persecución indirecta de todos los trabajadores, las cientos de sanciones en este último período, la falta de interés por los problemas cotidianos, el servicio médico despiadado, la poca difusión en capacitaciones, delegados dibujados y al servicio de los prestamos de la Unión, la imposible categorización y peor aún, la descategorización y la descalificación de las tareas en áreas puntuales, capataces delegados y delegados jefes. El circo de pedir que te saquen una sanción a modo de un gran favor y no como su mínima obligación, la desprotección de nuestro salario y la devaluación constante de nuestra labor, los despedidos de los que nadie se hace cargo, los ingresos a modo de coartada política y no de manera consensual de familiares como está establecido.
El sindicato al servicio de los negocios del Gobierno y los intereses de los empresarios, las tercerizadas que van nuevamente en aumento, los muertos en accidentes de trabajo, el servicio cada vez peor, los asados truchos y los sorteos baratos para conseguir dinero para la refacción de la seccional Temperley como si la Unión no manejara capital para tales fines; la poca creatividad sindical para los problemas y la ausencia total de asambleas, dirigentes ricos y corruptos, asesinos y ladrones, cómplices del desguace del ferrocarril en todos los tiempos; la Verde, la de la mayoría, por la que todos usan una gorrita a modo de simpatizar para pedir un día de franco más en la semana o rasguñar una categoría o sencillamente una tarea más liviana.
Son cosas, como para mencionar algunos hechos, de las que hacen y no hacen y lo que representan estos señores, que en nombre del sindicato cometen delitos al servicio de los empresarios. Ellos son traidores, no figuras o modelos a seguir. Será por el miedo a la crisis que nos abatió en los ‘90 y 2000 que nadie quiere arriesgar un pensamiento y echarlo a andar. Se conforman con lo que hay porque, como siempre, para ellos podría ser peor; pero hay otras personas que creen que puede ser mejor y en pos de una oportunidad insistimos que sí se puede y existe un gran y mejor cambio. Lo primero es hacer que las soluciones vengan acompañadas de nuevas ideas, que unan al ferrocarril y nos lleven a todos bien lejos en nuestra tierra y que nos unan como hermanos ferroviarios, sacando todo este descontento sembrado entre nosotros por medio de un plan perverso para generar división en todos los ambientes con la coartada de jefes y delegados. Esto traba el desarrollo de las líneas y la evolución de la empresa y no queremos que caiga en manos de una miseria planificada, debido a los estragos causados por la malversación. Tenemos que recuperar de una buena vez y para siempre lo que es del pueblo trabajador. ¡El sindicato es nuestro, no de los empresarios! Por eso en estas elecciones para cuerpo de delegados del Roca me presento como candidato de la Lista 2 y llamo a mis compañeros a votarla. |