La corte número 13 de la Queen’s Bench Division del Tribunal Superior de Londres empezó a examinar este lunes el caso presentado por Corinna. La examante del rey emérito le denunció a él y al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) español por “acoso”, y les acusa de ponerla bajo “vigilancia ilegal” en el Reino Unido.
La defensa de Juan Carlos I argumenta ante el Tribunal Superior de Londres que el emérito tiene derecho a la inmunidad frente a las cortes inglesas y que, por lo tanto, la corte no tiene jurisdicción sobre la demanda por presunto acoso presentada por Corinna zu Sayn-Wittgenstein contra él.
De acuerdo con el argumento de la defensa del emérito tiene inmunidad en virtud de la “Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas” de 1961 y de la Ley británica sobre Inmunidad, que hace referencia a la inmunidad de extranjeros.
Juan Carlos I quiere volver... y con sus antiguos privilegios
La jugada del emérito es tratar de salvarse de nuevo de este juicio e intentar poder volver al Estado español. Según El Confidencial, Juan Carlos I quiere volver al Palacio de la Zarzuela, mantener el estatus de que disfrutaba en 2019 y con asignación económica correspondiente a la partida de los Presupuestos Generales del Estado: la friolera de 161.034 euros.
A 43 años de la constitución monárquica, la juventud y la clase trabajadora no tienen nada que celebrar
Todas las instituciones del Regimen del 78, empezando por el Gobierno “progresista” del PSOE y Unidas Podemos, siguen protegiendo a la institución más reaccionaria, corrupta y arcaica del Estado español. La monarquía ha sido y sigue siendo garante de que las grandes familias capitalistas que se enriquecieron durante la dictadura franquista pudieran seguir haciéndolo hasta el presente.
A 43 años de que fuera promulgada la Constitución del 78, la necesidad de terminar con la monarquía y abrir procesos constituyentes libres y soberanos donde se decida la forma del Estado, la relación entre los diferentes pueblos que lo componen y todas las cuestiones que hacen a la vida de la clase trabajadora y el pueblo, es una necesidad imperiosa. |