Soy Mel, estudiante de ciencias económicas en la Universidad Nacional de La Plata. Me vine de Jujuy a Buenos Aires este año y quiero compartir lo que vengo pensando alrededor del 11 de diciembre, donde queremos poner en pie la resistencia al ajuste y al acuerdo con el FMI.
El otro día por fin tenía unos días de respiro del laburo y había terminado de rendir, todo en la misma semana, y a pesar de que me vine hace muchos meses a Buenos Aires, La Plata sólo conocía el camino de mi casa a la facultad.
Para sumarle a mi buena suerte una amiga había venido de Jujuy y, sin saber mucho, nos animamos a conocer alguno de los lugares tan llamativos que solo habíamos visto a través de una pantalla. Para nosotras que crecimos en una ciudad pequeña y no conocíamos mucho fuera de ahí, nos aventuramos, con una gran emoción, a viajar en tren por primera vez en nuestras vidas.
En nuestro viaje pudimos conocer a Saúl, que al igual que muchas personas, se sube al tren con la idea de poder conseguir el pan para llevar a su casa. En su caso fue con su talento que se paró en el medio para empezar a rapear y contar un poco de su vida. Su historia no es muy diferente a la de muchos de nosotros: se quedó sin trabajo, sin ninguna indemnización porque estaba en negro, tiene una familia a la que quiere sacar adelante. Pero quizá lo más fuerte es cómo expresaba los abusos policiales que se sufría en las calles y cómo había hecho una escuela de rap para ayudar a los chicos que están cargados de bronca contra la cana y el gatillo fácil, a que expresen toda esa bronca a través de las rimas.
Escuchar a Saúl creo que removió las fibras de más de uno, en los que me incluyo porque la realidad que él contaba entre rimas es la que vivimos muchos. Somos muchos los estudiantes que tenemos que dividirnos entre los ritmos agitados de las cursadas y mantener laburos precarios en los que pagan una miseria. Una realidad no muy diferente a la de los desocupados u otros sectores como son la salud y la educación donde, de conjunto, las cosas están lejos de mejorar porque con el acuerdo del Gobierno nacional con el FMI para pagar la deuda ilegal se viene más ajuste y, por ende, tiempos más duros.
Por eso va a ser cada vez más común ver a personas como Saúl que se suben al tren con la esperanza de juntar lo suficiente para darle de comer a su familia un día más. Una realidad de miles que está lejos de importarle al gobierno y la oposición que coinciden en que hay que pagar la deuda sin importar las consecuencias, que son claras para nosotros: cuando no nos aumentan las becas de estudios y miles se quedan sin educación pública; cuando los salarios se estancan mientras todo lo demás sube; cuando hay 40% de pobreza; cuando se destinan sólo $11 por mujer para acabar con la violencia de género y hay un femicidio cada 30hs. Cuando nos falta Tehuel...
Como Saúl contaba en su rap fue la policía la que los sacó de las tierras que habían tomado porque no tenían vivienda y van a seguir actuando con total impunidad porque es con la represión que van a intentar pasar todo el ajuste que se viene. Ellos se preparan, pero nosotros también porque no podemos resignarnos a una vida de miseria cuando está la opción de pelear por una vida que merezca ser vivida, en la que las mayorías no tengamos que ir de la casa al laburo o al lugar de estudio y no tengamos que esperar el milagroso momento de tener unos días libres para poder disfrutar de la vida.
Por eso, para cambiar nuestra realidad lo tenemos que hacer desde abajo, organizándonos para pelear contra el ajuste y el acuerdo con el FMI y empezar a construir una gran fuerza para darlo vuelta todo.
Esto comienza con una cita de honor este 11 de diciembre en las calles, en la Plaza de Mayo, donde vamos a dar esta pelea con la izquierda, los movimientos sociales, de mujeres, ambientalistas, desocupados, precarizados, estudiantes y obreros.
¡Gritaremos bien fuerte nuestras vidas valen más!