El Fondo Monetario Internacional es un organismo internacional que las grandes potencias mundiales utilizan como instrumento para someter económica y políticamente a países pobres o en crisis económica y ¿sabés quién tiene poder de veto en la toma de decisiones? Estados Unidos.
Para asegurarse que los Estados en crisis paguen las deudas, el FMI exige a los gobiernos, mediante su intervención directa, los planes económicos y medidas políticas que considere necesarios para recaudar los dólares que irán a los prestamistas. Esto puede incluir medidas de ajuste fiscal, flexibilización del trabajo y de la economía, rebaja salarial y pensiones, aumento de la edad jubilatoria, y tarifazos, como aumento de luz, gas, internet con quita o rebaja de subsidios.
¿Cómo funciona el mecanismo de deuda?
A través del FMI, los acreedores internacionales hacen préstamos millonarios a países que están en crisis económica, con la garantía de que recibirán de vuelta hasta el último dólar entre préstamos e intereses.
Para cobrar, diseñan planes. Se presta mucho mucho dinero, generando deudas que son imposibles de pagar. Entonces ese mismo país pide nuevamente préstamos para refinanciar esas deudas y así otra vez más deuda, más préstamos y es un círculo vicioso que busca establecer una relación de dependencia eterna y sometimiento. El FMI vive, se alimenta de este sistema completamente desigual.
Suele decirse que con estos préstamos se pueden conseguir más inversiones y más empleo que podrían ir destinados a mejorar la salud, la vivienda y la vida de las personas pero en realidad todos esos dólares son para pagar más deuda, para la especulación financiera o a frenar corridas bancarias. Endeudarse no genera ningún beneficio social.
Los deudores siempre son los países pobres , o como le llaman “en vías de desarrollo”. Piden préstamos y tienen que someterse a las condiciones que impone el FMI, a sus recetas y a las medidas que “recomiende” para devolver todo lo prestado y mucho más.
El FMI fue creado en 1944 en la Conferencia de Bretton Woods donde participaron 44 países. Como la Segunda Guerra Mundial estaba dejando arruinadas las economías de muchos países, se reunieron para organizar y reconstruir sus finanzas pero bajo el estricto control de las grandes potencias. Hoy cuenta con 189 países miembros.
En las últimas décadas perfeccionó un modelo conocido como “rescates” ,que no es otra cosa que una forma de sometimiento moderna. Por ejemplo, en los años 70 el FMI prestó a varios países latinoamericanos para refinanciar sus deudas externas.
En los 80, como no podían pagar por la crítica situación económica, el Fondo volvió a prestarles a cambio de someter a las poblaciones a planes de ajuste y privatizaciones de empresas estatales, reformas laborales y apertura al libre comercio.
¿Las consecuencias? un brutal aumento de la deuda de Latinoamérica en los años 90, crecimiento del desempleo, más desigualdad y más pobreza.
¿Cambio esto actualmente? ¿Hay un Fondo más humano?
Lejos de esto, las recetas son las mismas. Se generan terribles condiciones para los países endeudados, mientras se amasan ganancias millonarias para los prestamistas.
Año 2009. El FMI fue el segundo acreedor de la deuda griega cuando estalló la crisis financiera internacional. Hizo un “rescate” pidió una serie de cosas que dejó al país con un 45% de jubilados pobres, 40% de los jóvenes pobres y 52% de desempleados.
Año 2012. España en crisis, pidió un préstamo al Fondo y otros organismos similares. A cambio, las medidas económicas dejaron casi un 25% de desempleo.
Año 2018. Costa Rica. El FMI pidió una reforma tributaria para pagar la deuda aunque 9 de cada 10 personas estaban en contra de esto. El mismo año en Haití pidio un aumento en los impuestos a los combustibles, lo que genera un aumento en los precios de básicamente todo.
Argentina hoy. La deuda enorme, impagable, fue el préstamo más grande en la historia del FMI el del año 2018. 44.000.000 millones de dólares. Pero toda toda la deuda pública argentina que es la del Estado frente a organismos particulares como el FMI y a otros países- es al año 2021 de más de 340.000.000 millones de dólares.
En la mayoría de estos lugares, el rechazo al pago al FMI se convirtió en una demanda popular cada vez más grande.
Si surge un gran movimiento en los lugares de trabajo y en las calles contra el pago al FMI en Argentina, se puede convertir en una una lucha de alcance internacional. Si los acreedores exigen colectivamente a través del fondo que se les pague, ¿por qué los países endeudados deberían oponerse en soledad? Son muchos quienes padecen las recetas del fondo.
Si es un instrumento de dependencia eterna, es todo lo contrario ser soberanos y disponer libremente de nuestros recursos naturales y sociales ¿no es hora de romper este circulo vicioso? |