La Bonaerense, por su accionar represivo y por su hostigamiento continuo contra la juventud y los sectores populares, vuelve a estar hoy en el centro de la escena por el asesinato de un joven de 16 años en Miramar. A su vez por estas horas se confirmó que Alejandro Martínez, el hombre de 35 años encontrado muerto el 18 de noviembre en una comisaría de San Clemente, fue víctima de los golpes asfixiantes de efectivos de la misma fuerza.
El Gobierno viene imponiéndole a la clase trabajadora condiciones miserables de existencia. Y las acompaña con una política represiva bestial. Esta semana se vio a la misma Bonaerense reprimir a las y los trabajadores de una cooperativa textil de Wilde.
Envalentonar a la policía no es gratis, tiene el costo de la vida de cientos de jóvenes, mujeres y trabajadores que día a día son hostigados por la Policía. No hay manifestación independiente del Estado sin amenaza de represión. Los jóvenes no pueden salir a la calle sin que se los pare, identifique, revise y hostigue en “controles policiales” que no hacen más que criminalizarlos.
Estas son las consecuencias de darle mayor libertad al brazo armado del Estado, de invertir mayor presupuesto en chalecos, pistolas, balas y gases mientras el ajuste que pide el FMI ya se aplica en áreas vitales como salud, educación, vivienda, cultura y desarrollo social.
Hoy el gobierno realizará un acto oficialista donde hablarán sus máximas figuras. Acto que conmemora los Derechos Humanos y la vuelta a la democracia. Es curiosa esta celebración por los derechos humanos, cuando día a día nos encontramos a jóvenes asesinados por la policía, desaparecidos o torturados.
No se puede humanizar a una fuerza que tiene el claro rol de reprimir, como tampoco festejar los derechos humanos cuando la impunidad sigue tan vigente. |