Mientras en Plaza de Mayo el gobierno festejaba el aniversario del Día de la Democracia, en la ciudad costera, familias y amigos recibieron balas de parte de la misma Policía que asesinó a Luciano. Se manifestaron desde esta tarde en el centro de Miramar para exigir justicia por el adolescente de 16 años.
Un nuevo crimen a manos del gatillo fácil de la Policía Bonaerense que conducen Sergio Berni. Mientras el gobernador Axel Kicillof festejaba junto a Cristina Kirchner, Alberto Fernández y Lula, el día de la democracia y los derechos humanos, los familiares y amigos de Luciano recibieron gases lacrimógenos y balas de goma por pedir justicia.
Axel Kicillof, en tanto continúa haciendo silencio frente a los casos de gatillo fácil que ejerce sin cesar la Policía Bonaerense, al tiempo que sostiene a Sergio Berni, quien le da vía libre a la fuerza que conduce. El gobernador y el ministro de Seguridad han destinado mayor presupuesto para esta fuerza. Empoderar a los uniformados tienen estas consecuencias.
El gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, convocaron a un acto para hablar este 10 de diciembre, para festejar la democracia y los derechos humanos, junto a Juan Manzur, Aníbal Fernández, Sergio Massa y tantos derechistas más.
Sin embargo, para las grandes mayorías este día estuvo lejos de ser un día de festejo. A la desocupación, la pobreza que alcanza al 40 % de la población, se suma las fuerzas represivas del Estado que asesinan a pibes que sueñan con ser futbolistas, como Lucas que la Policía de la Ciudad le arrebató la vida. Estas familias no tienen nada que festejar.
Estos crímenes son la consecuencia que desde los ministerios de seguridad, nacional y provinciales, reciben las ordenes de ejercer mayor control social sobre los sectores más vulnerados. La consecuencia de esto deriva en más poder de fuego en manos de las uniformados que ejercen el gatillo fácil, las torturas y hasta las desapariciones forzadas.
Sergio Berni, que estuvo en Miramar, no pudo encubrir directamente al policía que gatilló. Era muy evidente -y hubo muchos testigos- por lo que esta vez no se podía culpar a la víctima para dejar impune a los asesinos con uniforme. Tuvo que hablar de la falta de formación, de mala praxis -evitó decir que fue un crimen-, y que hay que "cambiar los paradigmas". Un eufemismo que utilizan los funcionarios para encubrir a los represores. A esos que matan a los pibes si no logran, después de hostigarlos y perseguirlos hasta doblegarlos, para que roben para el comisario.
La misma Policía que es parte de las organizaciones narcos, o de las redes de trata y demás negocios ilegales, es la que es empoderada por todos los gobiernos para que ejerzan el control social sobre los más vulnerados.
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