Luciano tenía 16 años. En la madrugada del viernes volvía a su casa con sus amigos luego de jugar a la pelota en “el anfi”, cuando un grupo de policías bonaerenses comenzaron a perseguirlos a los tiros. Uno de ellos, Maximiliano González, apretó el gatillo y mató a “Lucho” de un tiro en el pecho. Su cuerpo quedó tendido en el cruce de la calle 9 y 34.
Un día después del crimen, cientos de vecinos, amigos, familiares y compañeros del Club Once Unidos se acercaron a la casa de sepelios Diagonal para despedir a Luciano. Lo hicieron con dolor y bronca. En muchos casos, además, con las secuelas en el cuerpo de la brutal represión sufrida el viernes a la tarde mientras reclamaban justicia (y mientras en Plaza de Mayo el Frente de Todos festejaba el “Día de los Derechos Humanos” con el gobernador Axel Kicillof presente).
Sebastián Ianantuony del Frente de Todos y la policía de la ciudad son responsables. Los políticos de los distintos gobiernos que piden más mano dura, baja de edad de imputabilidad, y fortalecen las distintas policías. La respuesta de Berni y Kicillof fue militarizar la ciudad.
Nos sumamos al pedido de justicia de la familia y lxs vecinxs de Miramar, y quedamos a disposición de las medidas que convoquen. Llamamos a todos los centros de estudiantes y sindicatos a sumarse al pedido de justicia y estar a disposición de lo que resuelva la familia y amigos de Luciano.
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