Varias generaciones confluyeron el 11D en la movilización impulsada por el FITU y más de cien organizaciones contra el acuerdo con el FMI. Voces llegadas de zona sur explican por qué se movilizaron y trazan un puente entre las distintas experiencias.
“Soy docente; el ajuste ya se está viendo en la educación, en las escuelas donde yo laburo, pero creo que un acuerdo va a traer mucho más ajuste, más pobreza. Trabajo en zonas humildes en Fiorito y ya se está viendo” relata a este medio Mario, que es docente y está parado junto a una bandera de la Agrupación Marrón. La tarde se va llenando de banderas y colores el sábado 11 de diciembre, mientras miles de personas se congregan para movilizarse a la Plaza de Mayo contra el pacto entre el Gobierno y el FMI que promueve también la oposición, a excepción de la izquierda. Mario recuerda otros ajustes, recuerda otros momentos de intervención brutal del mismo FMI gerenciando el país, a él no se la van a contar.
Tampoco le pueden contar ningún cuento a Robinson. Él lucha por vivienda y trabajo digno, organizado junto a sus compañeras y compañeros en la asamblea Permanente de Guernica. “Se repite lo mismo que se ha hecho antes, pagar una deuda que es ilegítima” dice con completa seguridad. Juana está ahí cerca en la cabecera de la marcha y explica “Le decimos no al FMI porque no nos parece correcto que prefieran pagarle a que nos consigan vivienda a nosotros, que estamos luchando hace más de un año. Necesitamos trabajo y no andar pasando necesidades y trabajando por 20 mil pesos, 25 mil pesos (…) No es justo que el Gobierno destine esa plata para pagarle al FMI y no darla al pueblo”. Para Juana y las mujeres de Guernica el “costo” de estas políticas favorables a los poderosos fue muy alto: “Nuestra compañera Ayelén, que estuvo en la toma de Guernica con nosotros, que fue de las de primeras a las que desalojaron, tuvo que volver a donde vivía anteriormente y la mataron, perdimos una compañera por la violencia de género” relata con una bronca indisimulable en la voz. Su compañera Roxana realiza una exigencia frente al micrófono: “que el gobierno nacional y el gobernador de la provincia Axel Kicillof nos paguen la deuda que tiene con nosotros. Hay millones de familias que están sin hogar, no tienen donde ir a vivir. Se comprometió con nosotros a darnos una vivienda digna y hasta ahora no cumpli
Juan trabaja en el ferrocarril Mitre y ya vio pasar muchas crisis que siempre pagan los mismos: “Se ajusta al pueblo mientras los poderosos siguen acumulando riquezas” explica desde la columna que se formó detrás de la bandera de la Lista Naranja Ferroviaria. Cuando se le pregunta qué consecuencias piensa que tienen este tipo de políticas contesta: “Ya hubo y hay despidos, significa también que hayan sacado el decreto de la doble indemnización, creo que ahí se van a sumar más despidos”. Cristian también conoce el mundo del ferrocarril: a él lo despidieron de la tercerizada Murata. “A mí me sacaron por un tema de la lucha de las tercerizadas por planta permanente. Lamentablemente a mis compañeros les puede suceder lo mismo siendo tercerizados, porque el FMI está pidiendo ajuste”.
Junto a todos ellos, que ya debieron pasar varias crisis que pagó el pueblo trabajador, se movilizan jóvenes que, lejos de la resignación, no quieren que les roben su futuro. Magalí hoy está sin trabajo, y explica a nuestros cronistas: “Es importante movilizarnos porque ya venimos de años muy difíciles, de no tener trabajo. He tenido que abandonar mi casa, he tenido que volver a la casa de mis padres, padres docentes que tampoco pueden seguir bancando mucho más que sus hijos no puedan generar dinero para mantenerse”. El problema es concreto y es ahora, pero también es para más adelante: “No se puede seguir pensando en vender la soberanía y seguir extrayendo recursos de la tierra, y destruir el país para pagar deudas ilegítimas que no deberíamos estar pagando ni nosotros, ni nuestra tierra”, afirma indignada.
Luciana acaba de terminar el secundario y tiene muy claro qué significará una mayor injerencia del Fondo: “Para los jóvenes va a implicar mucha más precarización de la que ya hay, la educación va a ser mucho más difícil, el acceso a la salud. El acuerdo que se vaya a cerrar con el Fondo va a determinar el rumbo del país durante los próximos 10 años y eso es mucho tiempo y en el medio va a haber muchísimo ajuste, aunque digan lo contrario”.