El reconocimiento a la gran poetisa provino del alcalde saliente Bill de Blasio, quien le entregó las llaves de la ciudad de Nueva York. La obra de la artista captó el pulso del momento, a partir de las lecturas de los llamados "poetas malditos" y pensadores existencialistas.
La artista que nació un 30 de diciembre de hace 75 años, se mezcló en la escena punk de mediados de los ’70 con Los Ramones, Blondie, Television y Talking Heads, entre otros. A diferencia del “No Future” que propiciaban por sus colegas londinenses, la artista promovía la lucha contra las injusticias: no se conformaba con las críticas furiosas al sistema.
Es oriunda de Chicago pero se crió en las afueras de Nueva Jersey, y se radicó en la cosmopolita Nueva York en 1967.
En sus performances Patti Smith mezclaba la poesía surrealista con la fura generacional, avivando el fuego que dió lugar a la explosión punk de fines de los ’60 y los ’70. Sus inquietudes artísticas y humanas la llevaron más tarde a París, acompañanda por su inseparable compañero de andanzas, el joven fotógrafo Robert Mapplethorpe.
En su obra se vislumbran los hilos que la conectan con la canción de protesta de Bob Dylan, y Joan Baez y con la pluma de Arthur Rimbaud, Antonin Artaud y Paul Verlaine, entre otros poetas.
Aún en nuestros días, algunas frases de la poetisa resuenan en las protestas sociales estadounidenses -y en otros países- como “People Have The Power”, una frase que deja ver su fuerte vínculo con el activismo social, que no es cosa del pasado. A Patti Smith aún se la escucha manifestarse en favor de la defensa del medio ambiente y de la igualdad de derechos.
Tras una fuerte caída del escenario en medio de un show y su su casamiento con el guitarrista Fred “Sonic” Smith, líder de la radicalizada banda de Detroit MC5, Patti Smith se alejó del centro de atención.
Regresó a los escenarios en los ’90, luego de la muertes de su esposo y de su amigo Mapplethorpe. En sus intervenciones que combinan inquietudes fotográficas y literarias, la artista reclama por el medio ambiente y la igualdad de derechos para las mujeres. También recomienda lecturas y lanza manifiestos pacifistas.
Tras recibir las llaves de la ciudad, dijo estas palabras, que nos dejan con más preguntas que respuestas: “Sigo pensando en todo lo que me ha dado la ciudad de Nueva York. Vine aquí en 1967 desde una zona rural del sur de Nueva Jersey. Tenía solo unos dólares en mi bolsillo, no tenía ningún lugar donde quedarme, ni muchas expectativas. Pero vine aquí para conseguir trabajo y ver qué podía hacer, ponerme a prueba. Y descubrí que, en la ciudad, con todas sus diversidades y posibilidades, si uno está dispuesto a trabajar, si mantiene el entusiasmo, logrará lo que se proponga”. |