En julio de 2020 y abril de 2021, despidieron injustificadamente aproximadamente a 15 profesores de las Orquestas Comunitarias de Iztapalapa. Los motivos que les dieron fueron distintos, uno de los profesores nos comentó que en su caso fe porque levantó la voz ante las injusticias que vivián:
“Denuncié al coordinador, vi que estaban despidiendo maestros y le dije a la directora que no tenía el conocimiento musical, para dar una opinión objetiva y correrlo.”
El profesor señala a la directora de Cultura en Iztapalapa, María Antonieta Pérez Orozco, como una de las responsables del pésimo ambiente laboral que existe en la Alcaldía. Nos dice:
“Yo metí una denuncia por nepotismo y tráfico de influencias en la contraloría interna pero no han hecho nada. El jefe de coordinadores, su mano derecha [de Pérez Orozco] tenía trabajando a su esposa ahí.”
Las y los profesores que trabajan en las Orquestas, son contratados como beneficiarios (“becarios”) para dar clases en centros comunitarios, reciben sueldos de 5 mil pesos mensuales. A inicios de la pandemia, sus labores fueron completamente distintas, los pusieron en los panteones y mercados a dar jabón y agua a las personas para que se lavaran las manos.
También los emplearon en el Programa Mercomuna para entregar vales de 300 pesos. Los maestros que se negaron a ir, los despidieron.
La situación laboral en las dependencias sigue agravándose, no solo es Pilares, TAOC o Cultura Comunitaria, las Alcaldías también han recurrido a la figura de beneficiario para evadir sus responsabilidades como patronales, como en Participación Ciudadana y en este caso con los profesores de las Orquestas.
La 4T encontró con el uso de becarios una forma más eficaz para precarizar el trabajo. Política e ideológicamente les permite desorganizarlos para que no luchen por sus derechos, pues pretenden que las y los trabajadores asuman las pésimas condiciones laborales -que por cierto violan flagrantemente la Ley-, como en su momento lo declaró el director General de Vinculación Cultural Comunitaria, Benjamín González Pérez.
La precarización laboral no sólo es un mecanismo que empeora las condiciones económicas de los trabajadores, también apunta a normalizar el maltrato, el miedo y la desorganización política. Prueba de ello son los cientos de abusos y despidos que pasan inadvertidos, ante los cuales Morena, ahora gobierno, siguen realizándolos.
Es por ello que la alternativa sólo será producida por las y los trabajadores, no por las burocracias políticas que solo se afianzan en el aparato de Estado y se legitiman ahora con retórica antineoliberal y de izquierda.
En días próximos, desde una Coordinadora por plenos derechos laborales y contra los despidos que impulsamos en conjunto con más organizaciones y colectivos, realizaremos un conversatorio entre trabajadores estatales, el cual difundiremos por este medio. |