El Gobierno tomó nota de la ola de calor que azota al país esta semana y dejó aviso que no descarta realizar cortes programados de energía eléctrica para poder controlar la gran demanda. Una vez más, los usuarios serán perjudicados por la falta de inversión de las grandes compañías eléctricas, y nuevamente con la venia del Estado.
Ayer por la tarde, el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, encabezaron un encuentro con áreas de Gobierno y organismos involucrados en la gestión integral de riesgos, con la intención de coordinar una respuesta a las altas temperaturas que afectarán a gran parte del territorio nacional.
Para ayudar a las poblaciones afectadas, los ministros no tuvieron mejor idea que anunciar nuevos cortes de luz. Fernández explicó que hay un récord de consumo generado por la producción, y que es “inevitable” que suceda. “Se están tomando medidas que requieren el acompañamiento de la sociedad, como el uso racional de la energía y el agua”, añadió.
Ni Manzur ni Fernández hablaron de exigirle a las empresas privatizadas de energía eléctrica que cumplan con sus planes de inversiones para evitar cortes. Otra vez, las familias trabajadoras serán quienes sufrirán la peor parte de un modelo sostenido por todos los gobiernos en los últimos 30 años, que sólo beneficia a empresas como Edenor y Edesur.
La advertencia de los cortes fue realizada luego de que se expongan los escenarios de riesgo proyectados por el Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (Sinagir). Según el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), desde el 28 de diciembre al 4 de enero, alrededor de 780.000 usuarios fueron afectados por los cortes de luz. Una cifra que impacta por el contraste con las multimillonarias ganancias que las privatizadas obtienen por subsidios, aumentos de tarifas, y brindar un servicio que, de “servicio”, no tiene nada.
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