Milagro Sala, líder de la Tupac Amaru, cumple 6 años privada de su libertad y actualmente afronta problemas de salud, producto del estres que le provoca su situación judicial. Se trata de una detención arbitraria e ilegal, que la mantiene como presa política del régimen del gobernador jujeño Gerardo Morales.
Sala fue detenida el 16 de enero de 2016, un mes después de la asunción de Mauricio Macri como presidente y de Gerardo Morales (UCR) como gobernador de Jujuy, ambos de la coalición Juntos por el Cambio. El hecho ocurrió durante un acampe, frente a la Casa de Gobierno de Jujuy, en el marco de una protesta junto a miles de trabajadores de la Red de Organizaciones Sociales, que esperaban ser recibidos por el gobernador.
Previo a su detención, Gerardo Morales había dictado un decreto violatorio del derecho a la protesta, para desarticular las manifestaciones: suspendiendo la personería jurídica y los derechos a las organizaciones sociales que protestaran.
La detención de Sala es motivada por una contravención, pero luego la Justicia jujeña inició un conjunto de causas para emitir condenas por las cuales aún sigue detenida hace 6 años. Hoy, con prisión domiciliaria, y luego de dos años de gobierno del Frente de Todos, afronta más de una decena y media de causas.
Este sábado, organizaciones de derechos humanos -entre ellas Abuelas de Plaza de Mayo y Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora- junto con miembros del gabinete de ministros y otros funcionarios del Frente de Todos, impulsaron una solicitada reclamando su liberación. "Con presos y presas políticas no hay democracia plena", denunciaron.
Sin embargo, en sus últimas declaraciones públicas, Milagro Sala acusó a funcionarios del Frente de Todos y a sus dirigentes, de haberla abandonado; mientras realizan acuerdos y negocios con el gobernador Gerardo Morales, de Juntos por el Cambio.
En una entrevista para AM 750, Sala manifestó que “todos estábamos ilusionados con que una vez que asumieran Alberto (Fernández) y Cristina (Kirchner) esta historia iba a cambiar y, en vez de cambiar, cada vez se agrava más”. Aún más, dijo "me siento muy abandonada” y recordó que en la última campaña electoral "no hubo un candidato del Frente de Todos que haya hablado de los presos políticos del país. Al contrario, hemos sentido que nos han tapado, humillado y silenciado”. A su vez denunció que "en estas dos últimas campañas, acá en Jujuy, nombraron a Milagro Sala como lo peor, usándome para alquilar votos. Hemos denunciado que hicieron fraude en las elecciones de diputados provinciales y nacionales, tampoco nadie en Buenos Aires nos escuchó”.
Recordemos que estas maniobras fraudulentas también fueron denunciadas por el Frente de Izquierda Unidad, en Jujuy a nivel nacional. El oficialismo jujeño además desplegó una campaña anti-izquierda y anti-protestas. Solo luego de estas denuncias y de una fuerte campaña de fiscalización, que movilizó a cientos de trabajadores y trabajadoras, salió electo Alejandro Vilca como el primer diputado nacional obrero en la historia de la provincia.
Una de las acusaciones más fuertes que hizo Milagro Sala a su propio espacio político, fue contra el ministro de Interior e hijo de desaparecidos, Wado de Pedro. "Se cagó en su historia", dijo Sala, indicando que éste prefería transar con Morales antes que hablar con los "presos políticos, torturados psicológicamente".
Como otro ejemplo de complicidad entre el peronismo y el régimen de Morales, Sala cuestionó que se haya ratificado a Rubén Rivarola como presidente del Partido Justicialista (PJ) jujeño, a quien acusó de ser “socio directo de Morales”.
Además criticó al los funcionarios nacionales porque “continuamente le están dando plata” al gobierno de Morales. “Lo están premiando y no le están pidiendo rendición de cuentas, en una de las provincias más empobrecidas de Argentina”. Y aseguró que, por este motivo, Gerardo Morales está “fortalecido” y pensando en su candidatura a presidente para 2023.
La semana pasada, en el marco de tires y aflojes de la coalisión Juntos por el Cambio para asisitir a una reunión convocada por el ministro de Economía, Martín Guzmán, a propósito de las negociaciones con el FMI, Gerardo Morales hizo declaraciones que fueron reivindicadas públicamente por distintos funcionarios del Frente de Todos, incluído el presidente Alberto Fernández. "La deuda la contrajimos nosotros (Juntos por el Cambio), lo menos que podemos hacer es ir a escuchar”.
La frase fue celebrada por el oficialismo y amplificada por los medios de comunicación, posicionando a Morales como el sector "dialoguista" dentro de la oposición de derecha, perfil que parece despuntar para su carrera política hacia las elecciones presidenciales.
Este guiño entre Morales y Fernández, una semana antes de que se cumpliera el aniversario de la detención de Milagro Sala, muestra algo de lo que la propia Sala venía denunciando. El gobierno del Frente de Todos está dispuesto a priorizar acuerdos políticos para pagar la fraudulenta deuda externa, sometiéndo al país a las exigencias del FMI; mientras permite la impunidad del persecutorio régimen jujeño.
El Frente de Izquierda Unidad sostiene desde el primer día el reclamo de libertad a Milagro Sala, a pesar de las grandes diferencias políticas que existen, ya que se trata de una detención ilegal que atenta contra el legítimo derecho a la protesta social, a la libertad de expresión y a militancia política. |