Nació en Paraná, Entre Ríos, el 17 de enero de 1949. Vivió su niñez y adolescencia en La Plata. Junto a Skay Beillinson, fue uno de los fundadores de una de las bandas más importantes del rock argentino, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.
Carlos Alberto Solari, más conocido como el “Indio“, cumple este martes 74 años. Un 17 de enero de 1949 nacía en Paraná, provincia de Entre Ríos, el líder de “Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota”. Sin saberlo y junto al virtuoso y creativo guitarrista Skay Beilinson, iban a dejar su marca en la historia del rock nacional.
Si bien nació en Paraná, se crió en La Plata. Desde chico lo influenció la literatura, el dibujo y las artes gráficas. Una de las primeras bandas con las que colaboró se llamaba Dulcemembriyo, surgida en 1967 y conformada por entre otros, por Federico Moura en bajo y coros, que luego formaría Virus. El Indio solía escribirles canciones.
Ya para la década del ’70 el Indio ya era catalogado en su ciudad como un personaje enigmático por su dialéctica ácida y sus comportamientos poco convencionales. Fue alumno de la Escuela Nº 33 de La Plata donde conoció al baterista Isa Portugheis (fundador del primer grupo de rock “psicodélico”, Diplodocum Red & Brown), su gran amigo de la infancia.
Al terminar la escuela secundaria, a la edad de 18 años ingresó al instituto de Bellas Artes. Rindió algunas materias pero fue expulsado un año más tarde. Tres décadas después, contestaría su primera entrevista para la revista de rock La García: “En esa época lo más importante era la rebeldía”.
En 1976 se formó Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, presentándose en sus primeras etapas como una exhibición de rock teatral, que incluía un grupo circense de monologuistas, payasos y bailarinas desnudistas, que entre canciones subían al escenario a hacer sus números.
Con la fundación junto al guitarrista Skay Beilinson y su mujer, La Negra Poli, la banda sacó los discos: Gulp! (1985), Oktubre (1986), Un baión para el ojo idiota (1988), ¡Bang! ¡Bang!… Estás liquidado (1989), La mosca y la sopa (1991), Lobo suelto / Cordero atado (1993), Luzbelito (1996), Último bondi a Finisterre (1998) y Momo Sampler (2000).
Su lírica destacada, junto con la creatividad musical de Beilinson, hicieron que la banda se convirtiera en un auténtico mito viviente de la música argentina. Se suele afirmar que Los Redondos alcanzaron no sólo popularidad musical, sino que generaron un verdadero fenómeno socio-cultural de características peculiares. Fue vocalista y líder de la agrupación, que durante años llenó estadios y vendió innumerable cantidad de álbumes, hasta su disolución.
La noche del 19 de abril de 1991, sucedió un hecho que fue símbolo del grado de represión en esa época contra la juventud y los sectores populares, y que no sería el último por parte de las fuerzas policiales. Aquella jornada, en las inmediaciones del estadio Obras Sanitarias antes del inicio de un recital, la Policía Federal "levantó" a un joven en una razia, lo torturó y entregó agonizando a un hospital. Su nombre era Walter Bulacio de apenas 17 años de edad.
Tras la separación de Skay y el resto de sus colegas en 2001, el Indio fundó su primera banda solista: Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. Con su nuevo grupo, Solari editó cuatro discos de estudio: El tesoro de los inocentes (2004), Porco Rex (2007), El perfume de la tempestad (2010) y Pajaritos, bravos muchachitos (2013).
De ahí a la actualidad sus apariciones en los recitales de Los Fundamentalistas son de manera virtual y por holograma, incluso presentando temas inéditos y nuevos. Su ausencia en las tablas se debe a la enfermedad de Parkinson que lo aqueja, y de la cual habló por primera vez en 2016, cuando afirmó que aquella enfermedad le estaba “pisando los talones”. En una entrevista a fines del 2020, el Indio aseguró que “es improbable” que vuelva a subir a un escenario.