Nuevamente la Iglesia ataca a las personas LGTBI, esta vez en la voz del Obispo Bernardo Álvarez quien dijo que “para que una cosa sea pecado mortal hace falta que la persona sea consciente de que es pecado, que lo haga libremente y que no esté condicionada por nada, pero que sepa y que tenga conciencia de que lo que hace está mal”, ha señalado en una entrevista concedida al programa Buenas Tardes Canarias de Televisión Canaria.
No contento con ello siguió comparando a la homosexualidad con un pecado mortal ycon las personas que toman alcohol y "cuando hacen cualquier disparate" se justifican diciendo que han bebido.
Este obispo tiene un historial poco agradable, en el año 2007 donde justificó la pederastia y los abusos sexuales en el seno de la Iglesia afirmando que "hay niños que provocan"; un año después habló de las “provocaciones” sexuales de los niños de 13 años. También apuntó que la homosexualidad “perjudica a las personas y a la sociedad” y añadió que “la persona practica la homosexualidad como puede practicar el abuso de menores”.
Lo cierto es que la Iglesia es quien tiene en sus filas a abusadore sy durante años lo encubrieron, hoy salió el informe sobre los presuntos abusos sexuales en la archidiócesis alemana de Múnich atribuye al entonces arzobispo y actual papa emérito Benedicto XVI no haber actuado al menos en cuatro casos conocidos ocurridos bajo su jerarquía.
A las Iglesias las financian los Estados. Además de repudiar los dichos de este obispo se hace necesario seguir levantando la consigna que resuena en cada marcha de mujeres y personas LGTBI: "Iglesia y Estado asuntos separados". |