El sitio web del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible publicó este lunes un comunicado a partir de la reunión que sostuvo con provincias del centro y norte del país el titular del organismo, Juan Cabandié, donde "analizó la situación del combate de incendios".
El ministro encabezó el encuentro junto a la jefa de Gabinete, Soledad Cantero; el secretario de Control y Monitoreo Ambiental, Sergio Federovisky; el secretario de Ambiente de La Rioja, Santiago Azulay; el director de Planificación y Prevención del Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF), Jorge Heider; la ministra de Ambiente y Cambio Climático de Santa Fe, Erika Gonnet; la secretaria de Ambiente del Ministerio de Producción de Entre Ríos, María Daniela García; el subsecretario de Recursos Naturales, Ordenamiento y Calidad Ambiental de Formosa, Hugo Bay y personal de la Secretaría de Ambiente de Chaco.
Según el comunicado, Cabandié explicó durante el encuentro que estas provincias "se ven afectadas por la sequía y por la bajante del Río Paraná, consecuencias del cambio climático que está relacionado con el aumento de temperaturas y la disminución de precipitaciones. Estas condiciones propician los incendios forestales, la intensidad y frecuencia de los mismos.”
Es cierto que estos incendios y sequías son parte de una problemática vinculada con el cambio climático, pero lejos está de ser un fenómeno "natural": se relaciona directamente con el uso de combustibles fósiles y las matrices productivas extractivistas como las que impulsa activamente el gobierno argentino, a la par del avance de la frontera agrícola, el monocultivo de pinos y los negocios inmobiliarios, todos elementos también responsables del fuego.
El informe de la cartera ambiental afirma que, al día de hoy, cuatro provincias se mantienen con focos activos (Río Negro, Misiones, Corrientes y San Luis), mientras que los de Aluminé, Neuquén, ya se encontrarían contenidos.
Sin embargo, la emergencia ígnea nacional fue declarada recién luego de días e incluso semanas de ver cómo el territorio de once provincias llegó a ser arrasado por las llamas y más de 120 mil hectáreas quemadas. En marzo del año pasado, La Izquierda Diario ya había denunciado la reducción de un 43 % en los recursos para el control del fuego, luego de un 2020 con incendios en todo el país, más de un millón de hectáreas incineradas y una seguidilla de años donde se recortó y subejecutó este presupuesto.
En la reunión de este lunes, Cabandié señaló también que "el Estado nacional trabaja junto a las provincias en materia de prevención y de apoyo en combate de incendios, cuando las provincias lo solicitan, enviando medios aéreos y brigadistas”.
Pero lo cierto es que, mientras el ministro de Ambiente guardaba silencio, llegaban a este medio decenas de denuncias desde distintos puntos del país en relación a la falta de recursos, como manifestaron poblaciones vecinas y trabajadores de áreas vinculadas en Río Negro, donde colaboradores llegados de Bariloche debieron realizar tres cortafuegos para intentar frenar el avance; o el caso de Neuquén, donde se dispusieron los medios para combatir los focos de incendio recién al cuarto día de haberse originado.
Más allá la foto que busca Cabandié, la película muestra una realidad diferente: la política criminal del peronismo en materia de prevención de los incendios se condice con el modelo económico extractivista y de expoliación de los recursos naturales, con claros intentos de avance como en Chubut con la megaminería contaminante, el ataque a la protección del agua en Mendoza y, más recientemente, la exploración petrolera en el Atlántico.
Frente a un gobierno dispuesto a conseguir los dólares para honrar la fraudulenta deuda macrista, aún a costa de llevarse puestas las condiciones de vida de la población y depredar el territorio y la biodiversidad, el otro gran rol protagónico de la película queda en manos de cada una de las comunidades que, en todo el país, se levantan y salen a la calle para poner un freno al saqueo. |
