A raíz del rechazo en agosto pasado del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) pactado entre el sindicato “Miguel Trujillo” y la empresa de General Motors Silao, el 1 y 2 de febrero próximo será la votación para decidir quién detentará la titularidad de dicho contrato. Desde Izquierda Diario damos cuenta de los tejes y manejes de la burocracia sindical traidora para no perder fuerza en El Bajío.
El llamado “movimiento obrero organizado” fue clave durante el siglo XX para garantizarle estabilidad al régimen surgido a raíz de la institucionalización de la Revolución Mexicana. Esta forma corporativa de regular ─desde arriba, mediante sindicatos estatizados─ el rol de las organizaciones obreras para la edificación de un modelo de desarrollo capitalista, no pudo hacerse sin la colaboración de las grandes centrales sindicales y sus dirigentes. Desde la creación de la CTM y las demás centrales pro-gubernamentales (CROC, CROM, COR, etc.) éstas han garantizado estabilidad política al régimen de dominio, así como las ganancias de los empresarios.
Pero el descontento contra ese control gansteril que hasta ahora había sido contenido por la complicidad de los charros, los patrones y el gobierno, se expresó con la rebelión de las y los trabajadores que integraron el movimiento del 20-32 en las maquilas de Matamoros, desafiando a los dirigentes de las dos principales organizaciones cetemistas del estado de Tamaulipas (la utilización de esta lucha para sus fines personales por la dirigente de ese movimiento, es cosa aparte). Ahora, el descontento contra estos dirigentes traidores se mostró con la votación del NO en la consulta para la legitimación del contrato colectivo de trabajo en General Motors Silao en agosto pasado, lo que llevó a la próxima elección del sindicato que tendrá la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo en la planta.
Al cobijo de la nueva ley laboral de la 4T (erróneamente vista por muchos como la varita mágica para la democratización de los sindicatos), el sentimiento anti burocrático en varias organizaciones sindicales busca desplazar a las direcciones “charras” en distintas ramas productivas, donde la automotriz no es la excepción. En ese contexto, la burocracia cetemista en la General Motors Silao, busca revertir en las elecciones del 1 y 2 de febrero próximo, el golpe sufrido en agosto del año pasado recurriendo a diversas trampas.
La maniobra de Tereso Medina
En ese contexto, la CTM va por la recuperación del control sindical en General Motors Silao (donde otra charra, la CROC, también compite). Mañosamente, el repudiado sindicato “Miguel Trujillo” “renunció” a aparecer en las boletas, pero ahora su dirigente regional Tereso Medina juega a dos cartas para recuperar el control de GM Silao. Por un lado, impulsa al Sindicato Nacional de la Industria Automotriz y Metalúrgica de la República Mexicana (SNIAMRM) encabezado por el también cetemista “Oso Medina”; y por el otro –a la Coalición GM que pretende aparecer como ajena a la CTM, y que ahora promete que conseguirá beneficios para lxs sindicalizados, aunque esta gente ha callado siempre ante la violación a los derechos de los quiere representar.
Queriendo ocultar su ADN cetemista, el charro mayor también impulsa a la Coalición GM que se presenta como “ajena” a la CTM (esta gente nunca se pronunció contra la violación a los derechos laborales de las y los sindicalizados.
Con un discurso falsamente democrático, toda estas variantes charras pregonan un “sindicalismo responsable” (obviamente, en defensa de las ganancias de la empresa), en donde se pronuncien por la estabilidad de la empresa (nada de recurrir al derecho de huelga de las y los trabajadores) para conservar el empleo. Así muestran su carácter meramente pro-patronal. Incluso, para ganar votos, buscan atemorizar a la base sindicalizada con la mentira de que, de no ganar la votación ninguno de los sindicatos, la planta se trasladaría al extranjero, y con ello, los empleos.
Todas estas variantes sindicales traidoras, ofrecen más de lo mismo, y nunca van a cambiar. Por eso, este 1 y 2 de febrero las y los trabajadores de la planta tendrían que votar en contra de todas ellas.
Unas elecciones que huelen a fraude
Esta maniobra de los sindicatos charros ─que desde antes de la votación está ofreciendo 500 pesos por cada voto─ busca confundir y dividir el voto para debilitar al opositor SINTTIA (de la FESIIAAAN), y preanuncia un probable fraude en donde conjuntamente actuarían en contra del sindicato opositor.
Ante un eventual fraude, distintas organizaciones nacionales e internacionales están pendientes de la elección por la titularidad del Contrato Colectivo de trabajo en esta planta automotriz. Entre esas organizaciones, está la Nueva Central de Trabajadores (NCT) encabezada por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que, en un comunicado reciente sobre la votación de CCT en la planta de General Motors Silao, ha solicitado la intervención de la seguridad oública, vale decir las fuerzas policiacas del estado de Guanajuato ¡al interior de la planta! para "impedir" un posible fraude o acción intimidatoria del charrismo .
Pero es la misma policía que en junio 2021 detuvo y le robó sus pertenencias y dinero a trabajadores organizados en Generando Movimiento ─quienes repartían volantes para enfrentar la legitimación del CCT, entonces en poder de la CTM─ en la comunidad de Romita. Las mismas fuerzas represivas que desalojaron al mismo SME de las instalaciones de Luz y Fuerza del Centro en octubre del 2009.
Esta postura incorrecta de la NCT, de realizarse, llevaría después a naturalizar acciones intimidatorias o represivas (ya sea por la burocracia sindical o por la empresa) contra la base trabajadora cuando reclame sus derechos.
Son las y los trabajadores quienes deben organizarse para impedir un fraude o intimidación.
¡No a la entrada de la policía en GM!
¡No a cualquier maniobra fraudulenta de los sindicatos charros! |