Las autoridades comunicaron que "se fortalecerán" los protocolos en las escuelas para evitar que estas se conviertan en focos de infección. Especificaron que habrá pruebas diagnósticas para quienes presenten síntomas dentro del centro escolar, pero también existirán para quienes no los tengan, esto de acuerdo al Manual para la Reapertura Escolar ante la variante Ómicron.
Hasta ahora, lo reportado por las autoridades es que poco más de 200 mil alumnos volvieron a las aulas, lo que representa aproximadamente el 60 por ciento de las escuelas, es decir, mil 342 escuelas. Las restantes 767 continuarán en línea.
Prácticamente, según informan los docentes a través de redes sociales, ninguna autoridad educativa consultó al colectivo escolar si estaban de acuerdo o no en que se volviera a trabajar presencialmente aún y cuando los contagios estuvieran disminuyendo.
Por su parte, las direcciones sindicales avalaron sin dudar la decisión de la Secretaría de Educación de Coahuila, dejando al gremio magisterial en la indefensión.
Además, resulta irrisorio que tanto el SNTE como el gobierno de Coahuila quieran jactarse como los promotores de la vacunación de refuerzo para el gremio a nivel nacional.
Y es que en un oficio que dieron a conocer a la base ─en el que se nos enteraba que seríamos inmunizados con la dosis de reforzamiento contra el covid-19 con la vacuna de Moderna─ fanfarroneaban que “gracias a su esfuerzo” la segunda jornada de vacunación para el magisterio era una realidad. Pero contrario, hay que recordar que, luego de octubre, o sea, después de que la vacuna Cansino perdía efectividad, las autoridades siguieron manteniendo la presencialidad de las clases y el sindicato nada hizo.
Con esto, los secretarios generales del sindicato no se cansan de demostrar una vez más que no están ahí para defendernos, sino para cobrar a un precio alto, por debajo de la mesa, el favor que le hacen al gobierno por mantenernos callados y amarrados cuando nos mandan como reses al matadero. Frente a esta situación, nos queda a nosotros como docentes organizarnos de manera independiente, sin ninguna confianza en las autoridades ni en los secretarios generales.
Debemos seguir el ejemplo de los docentes en Francia y en Chicago que se fueron a huelga como forma de lucha contra del regreso inseguro a clases.
Desde luego, para esto requerimos exigirle a nuestros secretarios sindicales que en cada escuela que convoquen a una asamblea extraordinaria para decidir democráticamente cuáles son las medidas mínimas sin las cuales no podríamos volver a las aulas, y someter a una votación democrática si volvemos o no.
En esa misma línea, el Movimiento Nacional por un Regreso Seguro a Clases acaba de realizar una conferencia de prensa anunciando que buscan levantar comités en todo el país para luchar de manera organizada contra el regreso a clases inseguro, así como contra la falta de pagos a la nómina de varias entidades y contra la antidemocracia sindical.
En Coahuila deberíamos secundar este llamado con el objetivo de que las voces que nos oponemos a la vuelta a las aulas, en el contexto de las cifras de contagio récord por Covid-19, nos volvamos más fuertes y no estemos aislados. |