Hoy se ha celebrado el claustro de la Universidad Autónoma de Madrid, que ya ha empezado cuestionado por una concentración de personal de administración y servicios (PAS) jubilado, quienes han ido a protestar a la puerta de la sala. Una de las muchas luchas habituales de los trabajadores de la universidad pública con las que la agrupación Contracorriente siempre se ha solidarizado.
La siguiente nota discordante con un claustro gris y automatizado ha venido por parte de la lista estudiantil “Contracorriente más Independientes, no a las Leyes Castells”. Dos de sus representantes, Ainhoa Jiménez y Raúl Cámara, han dado un discurso para defender su candidatura al Consejo de Gobierno de la UAM, criticando la falta de democracia universitaria, la no derogación de la Reforma Laboral -cuya votación estaba teniendo lugar en el Congreso a la misma hora- y las reformas universitarias que ha llevado adelante el exministro de Unidas Podemos, Manuel Castells.
Se trata de la candidatura impulsada por la agrupación Contracorriente que ha logrado que dos de sus representantes estudiantiles vayan a Consejo de Gobierno de la UAM donde se proponen “seguir representando una voz crítica contra el juego antidemocrático de las instituciones universitarias y al servicio del movimiento estudiantil y sus demandas”.
“Apoyaremos todas las luchas que vengan y estén por venir, tanto desde fuera como dentro del Consejo de Gobierno. Denunciaremos los escándalos de la universidad, y nos haremos eco de ellos. Empezando con que la universidad no abona la paga de jubilación al personal de administración y servicios que se manifiesta en la puerta del claustro”.
Con su candidatura se oponían a la otra lista estudiantil presentada por el Consejo de Estudiantes que, como explican, no es representativa del estudiantado. Una candidatura que sigue una “lógica de lista única, supuestamente apolítica, con representantes por cada facultad que viene a integrarse en la gestión de la universidad junto a la casta universitaria. Nos parece increíble que estudiantes del Frente de Estudiantes y de las Juventudes Comunistas que dicen que tienen una visión de defensa de la universidad pública o incluso se dicen de izquierdas se alíen sin vergüenza alguna con integrantes de listas de facultad tan de derechas que hay miembros de las Nuevas Juventudes del PP y militantes del PSOE. Hoy las Juventudes Comunistas y el Frente han votado en la UAM a la lista amiga del PP”.
Compartimos el discurso completo.
El pasado cuatrimestre estuvo marcado por la aprobación de la Ley de Convivencia Universitaria, aunque sería más correcto llamarla Ley Mordaza Universitaria, ya que pretende sancionar toda actividad que suponga una “irrupción en el normal funcionamiento de la universidad” con incluso una expulsión de varios años. Se está atacando directamente al movimiento estudiantil, pero también potencialmente a toda actividad que no consista en acudir a clase y reproducir una ideología neoliberal. Porque en el fondo el objetivo es dejar claro que las universidades no son más que una extensión de los centros de trabajo en materia de disciplina y contribución al correcto funcionamiento del sistema capitalista. A esta ley, que resulta más represiva en algunos de sus puntos que el código disciplinario de época franquista al que sustituye, la acompaña a modo de tándem perfecto la LOSU, la cual estaba previsto aprobarse durante los próximos meses, pero con la dimisión de Castells ahora se encuentra en punto muerto. Sin embargo, el relevo de Subirats en el Ministerio no implica un respiro, ya que el nuevo ministro de Unidas Podemos ya ha dado cuenta de su preferencia por el monstruo híbrido de la gestión público-privada, así que no resulta difícil imaginar su acuerdo con una ley que en esencia pretende consolidar y profundizar en el modelo de universidad neoliberal.
Y sobre esto al conjunto de las estudiantes no nos ha preguntado nadie. La democracia es la gran ausente en la universidad, puesto que las decisiones importantes no las toma el estudiantado, ni los trabajadores que han visto privatizado su servicio, ni un gran número de docentes e investigadores en condiciones cada vez más precaria; sino que son una minoría de catedráticos y, sobre todo, empresas como el banco Santander, BBVA o Endesa a través del Consejo Social quienes mueven los hilos de la marioneta en la que se ha convertido esta institución, decidiendo qué estudiamos, cómo se investiga y cuánto nos cuesta. Solo así se explica el papel que han jugado las universidades durante la pandemia, olvidándose de la voz del estudiantado y nuestros reclamos, obligándonos a hacer exámenes presenciales durante una nueva ola covid-19 y en medio del temporal causado por Filomena, para cumplir los estándares y criterios de excelencia de la ANECA. Eso sí, a la rectora Amaya no le ha temblado el pulso en llamar a la policía para que acosara a los estudiantes que estábamos en el césped del campus, parece que eso sí es un problema y no que nos aglomeremos en las aulas. Solo así se explica que hayan condenado el trabajo intelectual a una producción competitiva de papers cuyo único objetivo son los rankings, fomentando la competitividad y obediencia, cualidades que interesan que tengan los futuros trabajadores cualificados del capitalismo.
Si ya las anteriores reformas universitarias han expulsado a cientos de miles de estudiantes de clase trabajadora de la universidad porque no pueden permitirse unas tasas que lejos de bajar siguen aumentando su cuantía, especialmente en Madrid, la LOSU quiere afianzar todo esto convirtiendo la universidad en un auténtico escaparate para las empresas, dándoles todavía más poder de decisión en los órganos de gobierno (como si tuvieran poco), o reduciendo la plantilla de profesores asociados mediante el despido de miles de docentes en esta situación.
¿Y cuál es el destino que nos espera a la mayoría de nosotros cuando acabemos nuestra formación en una universidad cada vez más elitizada? Más precariedad. Porque al supuesto “gobierno progresista” no le ha bastado con poner en marcha estas dos reformas universitarias, sino que, lejos de derogar las reformas laborales, ha llevado a cabo un tímido maquillaje de las mismas. Esta nueva reforma de Yolanda Díaz, a pesar de sus intentos por hacerla pasar por una victoria de la clase trabajadora con el apoyo de UGT y CCOO, no es más que una revalidación de la Reforma del PP y mantener lo esencial y más lesivo. Paro, empleo temporal, prácticas mal pagadas que encubren trabajo real (de esto sabemos mucho en la universidad), horas extras no pagadas o subcontratación son la realidad a la que nos quieren condenar. Aprovechamos para saludar la movilización que está teniendo lugar ahora mismo frente al congreso por la derogación de la reforma laboral.
Por esto apostamos por un gran movimiento estudiantil que junto a la clase trabajadora haga frente a los ataques que están por venir, recuperando todos los derechos que hemos perdido y vayamos a por más. Porque pensamos que estos dos actores son los que de verdad pueden luchar y conquistar una universidad pública, radicalmente democrática, libre de empresas y totalmente gratuita, que no expulse a las hijas e hijos de la clase trabajadora. Una universidad cuya enseñanza deje de estar dirigida a que seamos los próximos ingenieros e intelectuales del capitalismo y se encargue de formar mentes críticas, al servicio de la transformación social, no de las grandes fortunas que nos llevan al desastre. También nos solidarizamos con la protesta de Jubilados que hay ahí fuera porque la UAM no abona su jubilación.
Apoyaremos las luchas que estén por venir, y hacemos un llamamiento al resto de colectivos estudiantiles de todas las universidades del Estado (también los que están hoy aquí representados), a levantar un gran movimiento estudiantil.
Por eso pedimos apoyo para que estas ideas se escuchen también en el Consejo de Gobierno. No para ser gestores de asuntos que nos sean extraños. No para participar de las intrigas de palacio. Hemos venido a hacer una crítica, y ponernos, con ella, al servicio de las luchas estudiantiles. Hemos venido a hacer una crítica reformas universitarias de Castells y quien venga después. Hemos venido a denunciar de la inestabilidad laboral de los doctorandos y profesores adjuntos. De la insatisfacción de los estudiantes con sus estudios. De la precariedad de los y las trabajadoras subcontratadas.
Hoy se presentan dos listas al Consejo de Gobierno. Una que aspira a integrarse en el juego antidemocrático de las instituciones universitarias. Una lista que en el mejor de los casos se prepara para una oposición tibia a la nueva reforma universitaria. Desde luego son la opción favorita para el rectorado.
Del otro lado está la lista que presentamos y cuyas ideas ya las hemos expuesto. Queremos llevar este cuestionamiento implacable a espacios como este, donde los estudiantes no tenemos ningún papel, pero al menos tendrán que oírnos. Por eso os pedimos vuestro voto y, sobre todo, que colaboremos juntos para que fuera de este anquilosado espacio Retomemos la mejor tradición del movimiento estudiantil para, como se decía en la Mayo del 68, “pasar del cuestionamiento de la universidad de clases al cuestionamiento de la sociedad de clases”
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