El año educativo empezó con un importante guiño al FMI. El Gobierno recortó $ 225 mil millones en Salud, Educación y partidas sociales. Fue justo en el momento en que Santiago Cafiero viajaba a EE.UU en busca de apoyo para acordar con el FMI. Allí un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) que analiza la distribución de recursos hecha por el ejecutivo, arrojó un módico un ajuste total aproximado de $ 225.000 millones.
Luego, lo que ya conocemos. El Gobierno anunció un principio de acuerdo con el FMI que nació cuestionado y ya generó una crisis política, con la reciente renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque del FDT. El FMI viene con más ajuste, devaluación e inflación que licua nuestro salario y perdemos poder adquisitivo, un espiral de deuda que hipoteca el futuro de todos nuestros chicos y chicas de las escuelas, aumento de tarifas, y recorte del gasto estatal. Podemos derrotarlo.
Como dijo Myriam Bregman en una importante entrevista: “Supongamos que se pretenda aumentar el presupuesto en educación, ¿el FMI te va a dejar subir esas partidas?” y ya se corren serios rumores de que una parte del gasto fiscal, puede ser sacada de las jubilaciones docentes (régimen especiales).
Para muestra, vayamos un poco más atrás y veamos que el presupuesto del 2021 presentado en ese entonces por Nicolás Trotta, a quien hemos enfrentado durante toda la pandemia, refleja que en materia educativa un ajuste de un 12% según las propias proyecciones oficiales, por lo que cuando terminó el año y con la inflación real fue peor. Esto fue recorte en comedores, Notebook, construcción de escuelas, becas integrales, salarios docentes. La pandemia puso de relieve el estado de situación de la escuela pública y la falta de construcción en un estado de emergencia sanitaria que obligaba el distanciamiento social. Aún resuena la bronca del crimen social en Neuquén, tras la explosión de una escuela que llevó al fallecimiento de tres trabajadores de la educación.
Hay más de un 40 % de pobreza. Megaminería, fracking, avances permanentes contra el "ambiente". Hay que Seguir el camino de lucha de Chubut y Mendoza contra el saqueo de nuestros recursos Hoy en Argentina más de la mitad de las y los trabajadores se encuentran precarizados. No faltan razones para salir a repudiar un acuerdo que solo va a empeorar esta realidad.
¿Y la conducción celeste de UTE CTERA? ¿Y la CTA?
Mientras se conocía este principio de pacto, la CTA de Yasky por su parte, sacó un comunicado donde afirman "que el preacuerdo evitó que cayéramos en el default y por consiguiente, quedáramos a expensas de una corrida cambiaria y toda clase de presiones económicas, financieras de los sectores dominantes, que el campo popular difícilmente hubiera podido neutralizar". Es decir un apoyo, dicho con las palabras de la CTA.
Eduardo López, como secretario Adjunto de UTE y secretario general de la CTA de CABA, se pronunció en el programa Nobleza Obliga de FM La Patriada, expresando que: "El pueblo no resiste un mílimetro de ajuste. De haberlo, saldremos a la calle. La deuda la tienen que pagar los que la contrajeron que son los bancos, los fondos buitres". López se olvida de plantear que hay un ajuste en curso con un 50% de los niños y niñas en situación de pobreza, un 70% de la juventud trabajando -quienes pueden- sin derechos en forma totalmente precaria, una mínima para jubilados que está por debajo de la línea de pobreza y un salario que contra la promesa de “ganarle a la inflación” cada vez se ve más reducido ¿Si eso no es ajuste qué es? El aumento de tarifas, el objetivo de reducir el déficit fiscal y la brecha cambiaria ¿Con qué receta se aplica si no es más ajuste?
Por su parte Máximo Kirchner renunció a la presidencia del bloque del Frente de Todos con críticas a la forma en que se negoció y el resultado obtenido. Pero él no cuestiona que se pague la deuda y se haga un acuerdo con el FMI que reconoce la deuda de Macri, sino que cree que éste podría ser mejor. Y de ninguna manera alienta un camino de ruptura con el capital financiero internacional.
Ni hablar de Cambiemos, los dueños de esta deuda que Alberto está pagando y quiere seguir pagando, que salieron a saludar el acuerdo como “positivo”, mientras su ministra de Educación en la Ciudad, Acuña, sigue vapuleando a la educación pública con discursos discriminatorios hacia estudiantes y quita de derechos hacia docentes.
Los sindicatos encabezados por dirigentes referenciados en el kirchnerismo, que reivindican la posición de Máximo y rechazan este acuerdo, ni siquiera han planteado la necesidad de pelear por ese objetivo limitado que solo busca un acuerdo mejor, pero que no nos confundamos, siempre será contrario a nuestros intereses. Esos dirigentes sindicales, tienen que repudiar cualquier acuerdo que implique pagar con más o menos tiempo, tasas, etc., una deuda ilegal y fraudulenta y llamar a la movilización como hacemos desde la izquierda, convocando a asambleas para que los y las trabajadoras podamos resolver cómo dar una lucha en serio contra el pago de esta deuda fraudulenta.
Desde el Frente de Izquierda, junto a 100 organizaciones reunidos el lunes pasado en el Parque Lezama, llamamos a movilizar este 8 de febrero a Plaza de Mayo contra el acuerdo con el FMI, ya Ademys y los Sutebas recuperados son parte de la convocatoria. Es hora de salir a las calles. |
