Tras el caso de la cocaína envenenada que se cobró 24 vidas en el conurbano bonaerense, la Conferencia Episcopal Argentina se pronunció en contra de la legalización de las drogas a través de un comunicado oficial.
Las máximas autoridades de la Iglesia Católica se solidarizaron con los familiares y amigos de las víctimas, pero se manifestaron en contra de la legalización de las drogas: “Escuchando a tantos pibes y pibas de nuestros barrios, lo que comenzó como un pasatiempo, una probada, termina siendo un espiral de violencia, abandono escolar, situación de calle, muerte”, señalaron.
También advirtieron que "la despenalización del consumo, la legalización de las sustancias, sólo traerá más consumo y marginalidad. Seguramente se instalará en la sociedad que las drogas legales no hacen daño: las drogas matan siempre”.
Como explica el diputado Cristian Castillo del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) del Frente de Izquierda Unidad (FITU) en el tuit que sigue, el paradigma punitivista/prohibicionista dominante señala a las sustancias como las culpables de las adicciones, "cuando son las condiciones sociales y subjetivas las que favorecen que un determinado consumo se vuelva problemático".
Castillo agregó: "Apoyar la legalización de las drogas no significa fomentar su consumo. Cada uno/una bien informado puede decidir qué consume o si no lo hace. Lo mismo que ocurre hoy con las bebidas alcohólicas".
Por el contrario, la Iglesia reclamó al gobierno tratar cuanto antes una “Ley de Emergencia en Adicciones”. A su vez, llamaron a toda la sociedad a trabajar en la prevención de las adicciones, "Con nuestro “método de las 3 C”: abriendo más espacios de Capillas, Clubes y Colegios".
Por otro lado, instaron a a las autoridades del Estado Nacional a avanzar contra los “mecanismos de corrupción en todos sus niveles, que alimentan este circuito del narcotráfico, que destruyen tantos barrios, comunidades, familias, hermanos”.
Como explicó Myriam Bregman en una entrevista en A24, "a prohibición, la penalización, las recetas de mano dura y persecución no sirvieron. Ha crecido el narcotráfico en los últimos años y los conflictos ligados al narcotráfico. Se parece un poco a aquellas discusiones que dábamos con la legalización del aborto: la prohibición lleva a muertes y no ha servido para otra cosa más que para la persecución penal".
Hoy en día, como denuncia Bregman, no existen medidas a la altura del problema: las políticas públicas en relación a las adicciones escasean, los familiares no encuentran dispositivos para llevar adelante un tratamiento, y el presupuesto ajusto las partidas vinculadas a la salud mental.
Veamos esto en un caso (que representa el de miles de jóvenes, tanto real como potencialemente). Iván Pérez, un jóven asesinado por la Policía de Gualeguaychú, fue antes condenado por el Estado cuando su madre buscaba ayuda para tratar su salud mental y una adicción.
Matías Ayastuy, director de Derechos Humanos de la municipalidad de Gualeguaychú, evidenció este problema: “Hay una ley alucinante que plantea la desmanicomialización, que tiene una teoría hermosa pero se aplica mal en los hechos, porque nunca tuvo el financiamiento para dar atención, acompañamiento y resolución a los problemas de salud mental. La respuesta a todas las madres de todos los Iván Pérez de todo el país, fue, es y, si no se le pone fondos a este tipo de cuestiones, va a seguir siendo absolutamente insuficiente”.
La legalización de las drogas deberían combinarse con campañas públicas e informativas que promuevan el control de daños: el punitivismo solo perpetúa la criminalización de los jóvenes y el negocio del narcotráfico. |