Proyectan este plan con perspectiva del " capitalismo verde", o sea, utilizar elementos sustentables sin dejar la lógica de mercado y acumulación de capital. Sin embargo, este proyecto trae consigo consecuencias negativas para el ecosistema marino del sur de Chile y para la calidad de vida de sus trabajadores y pobladores.

En agosto del año pasado, Odd Emil Ingebrigtsen, Ministro de Pesca del Reino Noruega, presentó un plan estratégico cuyo fin es hacer que la producción de salmón sea el rubro que mayor genere divisas para ese país en el año 2050. Este plan fue elaborado por el gobierno de Noruega, en conjunto de las directivas de la industria pesquera, comunidades de la zona e instituciones de investigación académicas. Sin embargo, podría generar un impacto ambiental como ha ocurrido en Chile, paradójicamente, con la intervención realizada por la industria pesquera de Noruega.

Desde la década de los 70’s que la acuicultura realizada por las industria pesquera de Noruega sea una de la más productivas, de hecho, la producción del salmón en aquel país representa el 54% del salmón mundial. Además, entre el año 2009 al 2019 el valor de las exportaciones noruegas de productos del mar ha aumentado en un 156 %. Por su parte, la industria pesquera en Chile desde la década de los 90 han presentado cifras que han ido en aumento en cuanto a la producción, incluso, llegando a registrar más de 600 toneladas en conjunto con la industria de Noruega.

Sin embargo, se han vivido varias crisis medioambientales en las costas de la región de Los Lagos debido a la aparición industria del Salmón. Un ejemplo es el Virus ISA, que en el 2007 llegó al país en óvulos importados desde Noruega a través de la pesquera Mowi, según lo declarado por la Universidad de Bergen. Esto en consecuencia generó la muerte de varias especies marinas, y claro, vulnerar la vida de quienes trabajan en este rubro con condiciones laborales precarias y la salud de quienes habitan en aquellas zonas afectadas. En el año 2018, la misma pesquera Mowi reportó fuga de 700 mil salmones, perjudicando el ecosistema marino.

Los intereses de la burguesía no conocen fronteras si se trata de proteger las ganancias, sin importar la calidad de vida de las y los trabajadores ni el medioambiente. Recordemos que en 2016, en Chiloé, Sernapesca depositó en el mar 4.700 toneladas de salmones descompuestos a 130 kilómetros de la isla semana antes de que se decretara marea roja, perjudicando fuentes de trabajo y a las especies marinas. Sin embargo, el pueblo de Chiloé se levantó frente al gobierno de la ex nueva mayoría manifestándose y protestando en contra de la empresa.