La solidaridad con Kazib no se hizo esperar. En las redes sociales el hashtag #AnasseSorbonne fue segundo trending topic del país galo por la respuesta de centenares de personas ante el ataque de la agrupación de ultraderecha “Natifs” (Nativos).
Natifs es la reconversión de “Génération identitaire”, la organización que en marzo del año pasado el Gobierno de Macrón se vio obligado a disolver porque su militancia de odio antiinmigrante y religioso adquiría el carácter de una milicia, que no podía ser controlada por las instituciones represivas de la V República. La organización supremacista fue prohibida porque iba contra el propio monopolio de la fuerza por parte del Estado francés. Algo similar a las milicias de supremacistas blancos que apoyan a Donald Trump en Estados Unidos.
Ahora esos militantes ultraderechistas se espantaron ante la presencia de Anasse Kazib en la universidad. Un trabajador ferroviario, revolucionario, de origen marroquí, que defiende y lucha por las causas populares como la exigencia de justicia por Adama Traoré, el joven negro asesinado por la Policía francesa, un símbolo del racismo que la propia clase dominante francesa genera y reproduce, o la defensa de los derechos de trabajadoras y trabajadores, de la juventud, de las disidencias sexuales.
Una lucha que Anasse y Révolution Permanente enmarcan en la pelea de fondo por un gobierno de trabajadores y el pueblo pobre.
El joven obrero, militante revolucionario, junto a su organización y muchos aliados enfrenta el obstáculo antidemocrático de la ley francesa de conseguir 500 avales de alcaldes para poder ser candidato presidencial. Pero está despertando mucha simpatía y apoyo entre esos sectores de las mayorías populares.
Todo esto es lo que le puso los pelos de punta a esa organización racista. Por eso en los afiches Natifs habla de Kazib como “0% francés, 100% islamista”, por su familia marroquí.
Afiches que pegaron en el barrio latino en París, como forma de intimidar al precandidato y presionar a la universidad para que anule la charla del precandidato. Por eso también recibió la solidaridad del partido NPA.
Lo que generó el ataque de esta ultraderecha fue la defensa de muchas voces de estudiantes, docentes, activistas y personalidades para que en la Sorbona se escuche la voz de la izquierda. Un elemental derecho democrático.
Como expresan los carteles que anuncian la charla de este miércoles en esta tradicional casa de estudios superiores: “¿No querés una universidad que excluya a los estudiantes precarios e indocumentados? Vení a conocer a Anasse Kazib, este miércoles en el panteón de la Sorbona”.
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