El Ente Nacional Regulador de Electricidad (ENRE) definió un esquema de aumento segmentado de tarifas de gas y electricidad para barrios porteños del Gran Buenos Aires que alcanzará a unos 500.000 hogares. Según lo informado el aumento irá entre el 17% y el 20% y llegará con las facturas del mes de abril. El nuevo cuadro tarifario será discutido el 17 de febrero en audiencia pública.
Según esta propuesta, estos son los barrios en los que el Gobierno planea aplicar el aumento de tarifas:
- En CABA: son 487.000 hogares que corresponden a los barrios de Puerto Madero y en gran parte de los barrios de Recoleta, Palermo, Belgrano y Núñez, una parte de Colegiales y algunas manzanas de Villa Urquiza, Retiro, Saavedra y Villa Devoto y Caballito.
- En Gran Buenos Aires: son 67.800 usuarios de la zona denominada “El bajo” de los partidos de Vicente López y San Isidro.
Según lo informado, los hogares que tengan tarifa social no serán alcanzados por los aumentos.
El pasado lunes, y como una manera de presionar de cara a la audiencia del 17 de febrero, la la Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (ADEERA) publicó un comunicado en el que pide aumentos que favorezcan sus ganancias empresarias.
Hay que recordar que el aumento de tarifas es uno de los ajustes pedido por el Fondo Monetario Internacional (FMI). La propia Cristalina Georgieva había pedido que se deje de subsidiar a los hogares.
Hay que decir que la política estatal de subsidios han servido para que los concesionarios de los servicios públicos se enriquezcan y acumulen más ganancias, sumandose a los incrementos que se produjeron durante el macrismo. Aumentos y mal servicio es lo que tienen que padecer los usuarios, como quedó demostrado con los cortes que sufrieron miles de hogares durante el fin del año pasado y principios de este.
Si bien resta saber los detalles del preacuerdo al que llegó el Gobierno con el Fondo y cuál será la actitud que tomarán en el Congreso Nacional los sectores dentro del Frente de Todos referenciados con el kirchnerismo, son claras dos cosas: por un lado que el este acuerdo trae aparejado ajuste, como lo viene sosteniendo el Frente de Izquierda y por el otro, que hay otro camino que es el de organizar la bronca en las calles para enfrentar la sumisión a la que quiere someternos el Fondo.
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