“En 2022 vamos a repetir lo que hicimos en 2021. Vamos a trabajar con una pauta inflacionaria, que estimamos es del 40%. Si es necesario renegociar esa pauta, vamos a abrir las paritarias”. La frase pertenece al ministro de Trabajo, Claudio Moroni.
Adelanta así la estrategia del Gobierno para las paritarias de este año. Por un lado reconoce que el Presupuesto 2022 que el oficialismo intentó aprobar en el Congreso era un dibujo. Planteaba una inflación del 33%. Por otro, también confirma que buscan establecer un techo salarial muy por debajo de lo que proyectan cerca de 40 consultoras y centros de estudios, relavados por el propio Banco Central: 54,8% de inflación (Relevamiento de Expectativas de Mercado).
Es cierto que Moroni reconoce que esas paritarias podrán abrirse. No es más que un reconocimiento del malestar que hay entre millones de trabajadores y trabajadoras. Eso fue lo que llevó, en 2021, a que sus sindicatos tengan que rediscutir los acuerdos que habían firmado a principios de año. La derrota electoral del Frente de Todos había sido la mayor expresión de esa bronca.
Pero el número que propone Moroni revela que de cara el inminente acuerdo con el FMI, el plan del Gobierno y los empresarios es seguir golpeando el bolsillo. Porque en ninguno de esos cálculos entra la posibilidad de recuperar lo perdido estos años. Desde octubre de 2015 a noviembre de 2021, el salario se derrumbó un 19% para el sector privado, un 26% para el sector público, y, desde octubre de 2016 un 29% para los trabajadores y trabajadoras “informales”. Estos, de hecho, son quienes más perdieron en 2021, porque no tuvieron ninguna “reapertura paritaria”.
Otro dato reflejó hace pocos días. Con el esquema de acuerdos y revisiones paritarios de los últimos años, la masa salarial anual que perciben las y los trabajadores bajó por cuarto año consecutivo.
Con esos números en la cabeza, Moroni adelantó que convocará al Consejo del Salario para mediados de marzo. Allí se define el salario mínimo, vital y móvil que impacta en los sectores de menores ingreso, pero también el de quienes cobran el Potenciar Trabajo, hoy fijado en 16.500 pesos. Un cuarto de lo que cuesta la canasta básica alimentaria.
La deuda que hay que pagar es el salario perdido estos años
El Frente de Izquierda Unidad, que marchó este martes con un centenar de organizaciones sociales, sindicales, juveniles y ambientales, denuncia cualquier techo al salario para cumplir con los planes del FMI. Hay que recuperar todo lo perdido en estos años, para conquistar un salario mínimo igual a la canasta de consumos mínimos, con una actualización automática en función de la inflación real. Ningún trabajador o trabajadora debería ganar menos que el valor de la canasta: $ 123.598 según el último cálculo de la Junta Interna de Ate Indec.
Aún en medio de las "vacaciones" ya comenzaron las movilizaciones por salario de vitivinícolas(Mendoza), autoconvocados de la salud (Tucumán), arrancó trabada la paritaria docente en Neuquén y hay paros en fábricas como Ferrum Pilar.
¿Los sindicatos y centrales van a convocar asambleas y un plan de lucha para defender y recuperar los salarios o van a dejar que los decida el staff del FMI en Washington?
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