Este jueves por la tarde las pericias oficiales confirmaron que la cocaína adultera que provocó 24 muertes y más de 80 intoxicaciones en el Conurbano bonaerense, contenía carfentanilo. Se trata de un opioide muy poderoso, que es cerca de 10 mil veces más fuerte que el fentanilo y la heroína.
Según la información brindada por la Procuración de la Provincia de Buenos Aires “la sustancia utilizada para estirar el clorhidrato de cocaína encontrada en diversas muestras secuestradas en el ámbito de estas actuaciones, se trata de Carfentanilo, opioide extremadamente fuerte”.
La grave situación de intoxicación que sufrieron más de un centenar de personas reabrió el debate por la legalización de las drogas y el consumo problemático que afecta a sectores de la población. Como viene denunciando numerosas organizaciones sociales, especialistas y organizaciones políticas como el Frente de Izquierda, la ilegalidad de las drogas es lo que garantiza el negocio de los narcos, que además encuentran amparo en sectores de las fuerzas represivas, del aparato estatal y el poder judicial.
Ese esquema es el que empuja a la producción de sustancias que no tienen ningún tipo de control y que, bajo un marco de completa irregularidad, terminan dañando o pudiendo dañar seriamente la salud de quienes consumen.
Es urgente avanzar en la despenalización y legalización del consumo, al tiempo que se desarrolla una amplia política de control de daños, que permita abordar el consumo problemático. Una política que garantice no solo el control de las sustancias sino también un amplio acceso a la información para quienes desean consumir.
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