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12 de febrero de 2022 Twitter Faceboock

Reseña
Estrategias de resistencia y ataque: la vigencia y los límites de Stonewall
Tomás Máscolo | @PibeTiger

El libro de Alex B. hace un recorrido desde la revuelta del 28 de junio de 1969 hasta la actualidad, mencionando las distintas revueltas que se sucedieron en EE UU y Europa criticando al sistema capitalista. Rescata debates teóricos sobre la comercialización, la identidad, la homonormatividad y nuestros lugares de lucha. ¿Por qué es importante pensarlo hoy?

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Alex B. despotrica contra el sistema capitalista y hace una fuerte crítica a les activistas que fueron cooptados por las distintas políticas de inclusión y al “mercado rosa”. Se posiciona contra la mercantilización de nuestra sexualidad y reflexiona por qué el movimiento LGTBI desde el neoliberalismo hasta hoy fue perdiendo su filo revulsivo.

Stonewall fue un levantamiento contra el sistema

Es útil hacer una pequeña premisa sobre el contexto histórico en el que se inserta Stonewall. Según el autor “el final de los años 60 fue una época propicia para el nacimiento de muchos movimientos y organizaciones revolucionarias. Después de la muerte de Martin Luther King Jr. y de Malcom X, el movimiento de liberación negro se orientó hacia formas de resistencia más radicales y vio el nacimiento de las Panteras Negras. Este grupo rechazaba las premisas no violentas y de integración “a toda costa” de Luther King, prefiriendo el concepto de autodefensa como principal medio de lucha. También el movimiento de los estudiantes, en esta época, ganaba fuerza y se radicalizaba, y protagonizará los eventos del 1968 en muchos países del mundo, que inspiraron y radicalizaron políticamente a muchas personas que vivieron en aquella época”.

La década siguiente trajo procesos de radicalización social y política a nivel mundial: el Mayo Francés, los movimientos contra la guerra de Vietnam, la pelea de la población afroamericana y la segunda ola del feminismo. La juventud cuestionaba radicalmente las costumbres de la época: practicaban el amor libre, criticaban a la familia tradicional y experimentaban con la psicodelia y el rock n´roll. En nuestro país, obreros y estudiantes protagonizaron el Cordobazo.

En 1969 las calles de Nueva York fueron testigo entre taconeos, gritos y golpes, de la valentía de las lesbianas, las travas y las maricas que le ponían freno al acoso de la policía con barricadas y hasta encerrándolos en el mítico bar de Stonewall. Estos sucesos dieron surgimiento al movimiento de liberación sexual ganando visibilidad en las calles, enfrentando a la policía y las leyes sexistas que regían a la diversidad sexual, sentando la tradición de las marchas del orgullo que ya es internacional y no sin razón.

La sociedad de aquel entonces se encontraba fuertemente moldeada por la propaganda estatal conservadora sobre la familia y la sexualidad. Este discurso sobre la moral y las buenas costumbres, arraigadas en la heterosexualidad como norma, era impulsado por los gobiernos americanos como el de McCarthy e instituciones como la Iglesia.

La propaganda macartista también era dirigida contra los comunistas o anarquistas que eran considerados un riesgo. Mc Carthy era un senador que había formado un comité de actividades antiamericanas. Primero bajo el Gobierno de Harry Truman y después de Dwight Eisenhower.

Esta situación llevaba a que la vida de las personas LGBTI fuese en gran medida clandestina, reducida a lugares específicos como barrios de las grandes ciudades y a bares clandestinos manejados por la mafia, como el caso de Stonewall. Los comunistas eran una amenaza para el poder de Estados Unidos y los homosexuales eran considerados “influenciables”.

En ese clima se prendió la chispa de lucha de la diversidad sexual. Para Alex B. “Stonewall trajo inspiración, el amor y la rabia para la creación de un movimiento que quería luchar por la libertad”. En el marco de aquella lucha, en la que participaron unas miles de personas, diversos grupos decidieron formar, en Estados Unidos, el Gay Liberation Front (GLF). Se declararía el 28 de junio Día del Orgullo, en recuerdo de la revuelta de Stonewall, y la primera manifestación del Orgullo se realizaría en Nueva York en 1970.

A la cabeza estuvieron las travestis Marsha P. Jhonson y Sylvia Rivera que pusieron en pie el STAR discutiendo con algunas agrupaciones homófilas. En el año 1971 se funda S.T.A.R. (Acción de Travestis Callejeras Revolucionarias). STAR como organización aparece en la manifestación del Weinstein Hall de la Universidad de Nueva York en 1970. La universidad prohibió cualquier evento gay, así que diversos activistas de la diversidad sexual organizaron una sentada. La del grupo antidisturbios obligó a los militantes gays a abandonar la ocupación. STAR, inicialmente llamado Street Travestites for Gay Power (Travestis Callejeros por el Poder Gay), nació entre la frustración de que el movimiento de liberación gay rechazara defenderse y se comprometiera a luchar contra la policía.

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El ensayo de Alex B. publicado como un fanzine punk, desde sus planteamientos radicales, mantiene que hay una relación entre la supuesta inclusión de sectores y colectivos LGTBI en la agenda política y la rentabilidad electoral y monetaria de dichos sectores, incluyéndose así en la sociedad de consumo y del espectáculo, desarrollados, por otra parte, en el seno de modelos patriarcales y normativos de la sociedad. Sobre todo dentro de un estado de clase. Se pone como ejemplo a personas migrantes y las políticas discriminatorias que limitan su participación en la vida laboral y social en Israel.

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Así lo define el autor, “la comercialización de la identidad responde a vender y a las lógicas capitalistas, y si lo consigue hacer es porque la identidad y el sexo aún son un tema tabú, chocante y provocativo”.

Por último, podemos agregar una cuarta etapa cuando a partir de los ’80, con la aparición del HIV/SIDA, el embate neoliberal y la caída de la URSS, las aristas más revulsivas de aquel movimiento que se había desarrollado en los ’70 fueron perdieron filo y la mayoría de las organizaciones de gays, lesbianas y travestis se abocaron a las cuestiones de la identidad y al horizonte de la ampliación de derechos civiles y formales en los marcos de las democracias capitalistas; esta perspectiva se mantiene en algunas organizaciones hasta la actualidad.

Sin embargo hay que destacar el coraje de estos activistas que lograron conquistas mediante acción directa o performances. El límite es que se separa la lucha de la disidencia y por los derechos específicos de una pelea global , sobre todo, de la lucha de clases. Es integracionismo la estrategia, no ruptura como plantea Alex B.

Repasos

El autor hace un repaso por los inicios de los Frentes Homosexuales en Europa de la década del ´70. Rescata sobre todo al activista y marxista Mario Mieli, cuya tesis será publicada en 1977 con el título de Elementi di critica omosessuale (Elementos de crítica homosexual) y que se convertirá en uno de los fundamentos de la teoría sobre género en Italia. Mieli, a principios de la década de 1970, parte hacia Londres, donde frecuenta el Gay Liberation Front local. De vuelta a Italia en 1971, forma parte de la fundación del F.U.O.R.I. (Frente Unitario Homosexual Italiano)- el primer movimiento de liberación gay italiano, con el que rompe por izquierda cuando, en 1974 éste forma una federación paritaria con el Partido Radical.

Es importante este italiano porque hace una fuerte crítica a la adaptación de algunas agrupaciones LGTBI y sobre todo a la familia. “La prensa y la televisión discuten el derecho al matrimonio de los homosexuales mientras las organizaciones gays modernas se limitan a la reivindicación de una aceptación completa por parte de la sociedad. El estatus quo LGTBI a través del “progresismo”, piensa una integración total de la homosexualidad, una vuelta (por la parte de atrás) a las estructuras patriarcales como la familia”.

Alex B. también destaca dos agrupaciones alemanas, Celulas Revolucionarias (RZ) y Rote Zora, los activistas que participaban publicaban folletos y periódicos iban a manifestaciones y participaban activamente en huelgas de la clase trabajadora, contra los presos políticos, entre otras demandas.

Under rosa: ´80 y ´90

El 5 de junio de 1981, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) alertaba en su boletín semanal de cinco casos de una ‘relativamente’ rara neumonía (Pneumocystis carinii) en hombres que habían sido tratados en Los Ángeles. En la década de los ´80 empezó el estigma con la "peste rosa". Se lograron conquistar muchas leyes al respecto sin embargo al volverse un negocio de la industria farmacológica seguimos peleando para que se descubra la cura ya.

De esta década Alex B. rescata los inicios del ACT UP AIDS Coalition to Unleash Power (Coalición del sida para desatar el poder), un grupo de acción directa fundado en 1987 para llamar la atención sobre la pandemia de HIV/Sida. Según afirmaba Kelvin MacKenzie, director por entonces de The Sun, altos cargos de la Administración thatcherista se planteaban usar la pandemia de HIV/SIDA como pretexto para criminalizar la homosexualidad, apuntando la idea de crear campos de concentración para gays y lesbianas. Sir James Anderton, jefe de policía en Manchester, describe a los enfermos de sida como “desechos humanos”, y a los mineros como “terroristas” y “mafiosos”. Junto a la Iglesia la apodaron como "la peste rosa".

Los límites que Alex B. en Act Up es que en 1990 se funda Act Up Queer Nation y tiene que ver con que su táctica era “incrementar la visibilidad” y eso hace perder un filo revulsivo “el único análisis que queda es la crítica a la moral de la sociedad americana, como el nacionalismo (en el nombre del grupo está la palabra nación), el consumismo, y el capitalismo no estarían siendo criticados. También ha desaparecido la crítica a los géneros convencionales. Alos conceptos de feminidad y masculinidad”.

La crítica se expande a otros aspectos del movimiento LGTBI “oficial” pero en los ´90 Alex B. plantea que es necesario unificar las luchas porque los problemas estructurales no son sólo identitarios, lo expresa de la siguiente manera en un fanzine llamado Queer of the Left “casi lloré en la marcha sobre Washington de 1993 cuando una lesbiana asiática, hablando en el escenario, fue criticada mientras contaba las historias de invasiones y genocidios perpetrados por el gobierno americano contra las personas de color de todo el mundo y en Estados Unidos y proponía protestar contra el ejército americano, en vez de pedir que los gays puedan entrar al ejército”.

Sn embargo, hay que seguir defendiendo todas las conquistas que supimos conseguir en las calles. El movimiento LGTBI ha conseguido hacer efectivas algunas de sus principales reivindicaciones. Sus conquistas legales han transformado de manera profunda las formas de vida de lesbianas, gays, trans, bisexuales e intersexuales. Entre las reclamaciones encaminadas a la eliminación de la discriminación legal por motivos de orientación sexual e identidad de género y a garantizar la igualdad de derechos, hay que destacar la aprobación, desde 2001, en 25 países del mundo, de leyes que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo y reconocen su derecho a adoptar. En Argentina cabe desacar la Ley de identidad y el cupo laboral trans.

La inclusión por otro lado es porque somos un negocio cotidianamente vemos comerciales en nuestras redes sociales, la televisión y las calles dirigidas específicamete para un sector. Zapatillas Nike o Adidas, series con historias de vida LGBTIQ+ en Netflix o Amazon Prime, cruceros gay paradisíacos, hasta créditos hipotecarios ¿pero cuántaspersonas LGTBI realmente pueden tener acceso a esto? ¿La libertad tiene que ver con la posibilidad de consumo?

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La historia nos respira en la nuca

La historia es la historia de la lucha de clases, el libro de Alex B. invita a reflexionar napersectiva emancipatoria para lograr una verdadera libertad sexual, dentro de una crisis económica histórica y con un enemigo enfrente que se llama Fondo Monetario Internacional.

En ese sentido es necesario pensar los límites de ayer, la revuelta de Stonewall sentó un precedente de lucha anticapitalista que hay que rescatar, pero eso sólo es el comienzo. La organización de manera independiente de todas las instituciones es fundamental para una lucha radical contra el sistema capitalista que se basa en la explotación y opresión de millones de seres humanos que pueda sentar las bases para el desarrollo de una total liberación sexual. No se trata de inclusión sino de dar vuelta toda.

 
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