En redes sociales se hizo viral Donovan Carrillo con su participación histórica en los Juegos Olímpicos de Invierno Beijing 2022, convirtiéndose en el primer mexicano y latinoamericano en participar en una final de patinaje libre masculino, llenando de orgullo al pueblo mexicano.
Donovan triunfó a pesar de los obstáculos
Donovan logró estar entre los mejores 22 del mundo cuando en México no hay una sola pista de hielo con medidas oficiales. El haber llegado a este gran triunfo fue una odisea llena de obstáculos para él, su entrenador y su familia. El joven tuvo que mudarse de su natal Jalisco hacia León, Guanajuato, para poder entrenar, en donde Gregorio Núñez, su entrenador, cuidó del patinador, lo alimentó, le regaló las horas de clase y lo apoyó incondicionalmente.
El patinaje artístico es un deporte costoso, los viajes a las competencias nacionales e internacionales fueron pagados por su familia, el entrenador y Donovan, que consiguieron el dinero mediante rifas, venta de artículos como tazas y agendas, donaciones de entrenadores y padres de familias que lo conocían. Incluso Donovan tenía que trabajar dando clases de patinaje y entrenaba en pistas de hielo de centros comerciales.
Ni al gobierno ni a las autoridades del estado de Jalisco, de donde es Carrillo, les interesó ayudarlo. Tampoco a las de Guanajuato, donde entrena. Mucho menos al Comité Olímpico Mexicano o a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), la máxima instancia del deporte nacional. A partir del 2019 Carrillo y Núñez comenzaron a recibir una beca de la Conade, que hoy asciende a 37,000 (1,850 dólares) y 38,000 pesos mensuales, respectivamente. El monto que recibe Carrillo es mucho menor al de otros deportistas, quienes llegan a cobrar 75,000 pesos mensuales. Claro que si esta ayuda hubiera llegado antes, el patinador hubiera tenido un mejor desempeño.
El gobierno debe de impulsar el deporte en las escuelas
La historia de este patinador es una muestra de que el gobierno mexicano no apoya el deporte, ni mucho menos a los atletas. Los políticos solo mandan felicitaciones en lugar de planear y desarrollar programas que impulsen y apoyen a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes para su participación en los deportes y se desarrollen más atletas olímpicos.
Otra muestra del nulo compromiso con las nuevas generaciones es que las escuelas carecen de espacios deportivos suficientes. En muchos planteles los patios son tan reducidos que impiden que alumnas y alumnos tengan una buena activación física, además de que se cuenta con máximo dos profesores de Educación Física por cada escuela y son reducidas las horas de clase de dicha materia. Las madres y padres de familia tienen que buscar otras opciones, en lugares privados, para que sus hijos puedan practicar un deporte.
Los maestros y maestras podemos dar cuenta de que, mientras se señala a las cooperativas escolares como una de las causas principales de los altos índices de obesidad en niñas y niños, la realidad es que el gobierno no implementa planes serios de alimentación, que deberían contemplar comedores gratuitos, además de nutriólogos en las escuelas que cuiden la dieta de cada uno de los alumnos, evitando así los problemas de desnutrición infantil.
Como parte de lo necesario para mejorar la salud de la población, es necesario exigir al gobierno aumentar el presupuesto educativo, en primer lugar para garantizar condiciones sanitarias seguras para las clases presenciales, pero también para mejorar la infraestructura escolar y que haya espacios amplios en donde se puedan construir albercas, gimnasios, canchas de futbol, basquetbol, voleibol, etc. También ampliar la cantidad de profesores de Educación Física contratados y otorgarles los materiales deportivos necesarios para las clases. Además de construir espacios deportivos en las comunidades, que sean gratuitos y pueda acceder la población en general con entrenadores especializados.
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