El gobierno de Javier Duarte, del PRI, en Veracruz ha actuado de forma muy cruenta contra periodistas y luchadores sociales. En especial se ha ensañado contra la juventud que salió desde hace varios años a denunciar la corrupción en el Estado. Recién el 5 de junio un grupo de paramilitares atacó brutalmente a varios estudiantes de la Universidad Veracruzana (UV) con bates de beisbol y machetes.
Rubén y Nadia: fue un crimen de Estado
Rubén Espinosa, fotoperiodista de diversos medios como Proceso y Cuartoscuro, alcanzó a cubrir este acontecimiento. Las fotos hablan por sí mismas. Las paredes están cubiertas de sangre. Javier Duarte es probable responsable de más de 16periodistas asesinados. Ha llegado a amenazar públicamente a comunicadores diciendo que “cuiden sus pasos”. Rubén había sufrido de varias amenazas y se vio obligado a salir de Veracruz y autoexiliarse en el Distrito Federal.
Nadie Vera fue una reconocida activista de Veracruz. Había participado del movimiento #YoSoy132. Participó de la construcción del Occupa Casa Magnolia ampliamente reconocido en Xalapa. Llegó a participar de la toma del Palacio Municipal durante las protestas del 2012. Un 2 de octubre un grupo de personas allanó su casa sin robar una sola cosa. En noviembre del 2013 fue golpeada por policías estatales. Era una activista reconocida que luego del movimiento por Ayotzinapa se vio obligada a autoexiliarse en el Distrito Federal. Sus compañeros sostienen que luego del acoso del gobierno ella decidió irse de Xalapa.
El asesinato de Rubén y Nadia apunta a un crimen de Estado. El crimen de estado tiene un responsable directo: Javier Duarte. Rubén y Nadia eran incómodos para Duarte. Ambos habían denunciado acoso del gobierno del Veracruz. Los métodos con los que fueron asesinados Nadia y Rubén –la tortura, agresión sexual y el tiro de gracia– recuerdan los métodos usados por escuadrones de la muerte durante la llamada “Guerra Sucia”. En la manifestación del domingo 2 de agosto se sentía un clima de odio, de desesperanza y dolor pues se sentía que cualquiera puede ser el próximo.
Tlatlaya, Ayotzinapa, Ostula, Apatzingán
El México contemporáneo es convertido por los gobiernos del PRI, el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en un cementerio de luchadores sociales, periodistas, mujeres y trabajadores. El Estado desaparece de forma forzada 43 estudiantes normalistas Ayotzinapa, realiza masacres cotidianas casi permanentes como en Tlatlaya, Ostula, Apatzingán e Iguala.
Aniquila impunemente a periodistas críticos por decenas, el último de ellos Rubén Espinosa y asesina a luchadores sociales, la última de ellas Nadia Vera. Ataca con virulencia y odio de clase a los maestros, como se vio en el ataque a la Sección XXII de Oaxaca con la liquidación del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) y las más de 30 órdenes de aprehensión a los delegados y dirigentes magisteriales.
Peña Nieto militarizó el país de conjunto en continuidad con el gobierno de Felipe Calderon, recientemente fueron enviados más de 3 mil efectivos de la gendarmería nacional, federales y el ejército a Oaxaca, para imponer la reforma educativa. El despojo es permanente, como lo demuestra la imposición del proyecto del grupo Higa en el territorio otomí en Xochicuautla. Una mujer es asesinada cada 3 horas. Van más de 200 mil asesinados, más de 25 mil desaparecidos y más de un millón de desplazados. Desde 2012 cientos de jóvenes han sido detenidos por motivos políticos en el DF por el gobierno de Miguel Ángel Mancera del PRD. Este régimen podrido no merece seguir existiendo.
En medio de grandes masacres el gobierno asesino y su prensa oficialista criminaliza a Rubén Espinosa y Nadia Vera. Reforma, columnistas de MVS, y de otros medios impresos, Televisa y Tv Azteca han difundido la idea de que Rubén y Nadia y las personas asesinadas en la Narvarte en “algo andaban”. Han llegado a difundir la idea de que ambos eran “fiesteros” y que “estaban relacionados con el crimen organizado”.
Son los periodistas serviles del régimen asesino del PRI-PAN-PRD, los intelectuales a sueldo de las trasnacionales y el imperialismo. La sangre de nuestros muertos también salpica sus columnas periodísticas.
Este tipo de estrategia, la de criminalizar a los activistas asesinados, ha sido recurrentemente usado por el gobierno mexicano: lo usaron con Nepomuceno Moreno, Don Trino de Cherán. Calderón llegó a decirlo con el caso de los jóvenes ejecutados en Villas de Salvarcar.
Esta campaña apunta a que el gobernador de Veracruz, Javier Duarte, el principal implicado, quede libre de toda sospecha. Desde el equipo de Izquierda Diario México consideramos que urge la construcción de una comisión de investigación independiente conformada por personalidades de Derechos Humanos y luchadores sociales para analizar el caso y desmentir una a una las calumnias que inventa el gobierno asesino.
Asimismo, es necesario que el movimiento por Ayotzinapa tome de nuevo las calles, junto a los maestros que luchan contra la reforma educativa, y a los jóvenes, periodistas, fotógrados y comunicadores independientes que exigen justicia para los Rubén, Nadia, Yesenia, Alejandra y Simone, asesinados en la colonia Narvarte. |